Los penaltis se rigen por la
ley de los números pequeños: las personas encontramos patrones donde solo hay azar. Si un delantero marca en tres partidos seguidos, diremos que está en racha aunque no existen tales rachas. Y si a nuestro equipo dejan de pitarle varios penaltis, sentiremos que hay gato encerrado. El sesgo de confirmación nos cargará de razón y el de negatividad hará el resto: solo llevamos la cuenta de los penaltis cuando el equipo perjudicado es el nuestro.
Kiko Llaneras,
Piqué y los sesgos cognitivos, Ratio. El País 13/01/2017
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