En un artículo que escribió en The New York Times en 2015
contó una anécdota que muestra cómo fue tomando forma parte de su trabajo. Cuando era un profesor joven había diseñado un examen de mitad de periodo que logró enojar a buena parte de su clase. ¿Por qué? En una escala del 0 al 100, la nota promedio era 72, número que no caía bien entre los estudiantes. Para erradicar este enojo, el docente elevó el puntaje, que llevó a 137 en el caso de ser perfecto. En esta nueva prueba, el 70% de las respuestas estuvo bien, pero como en esta escala equivalía a 96 puntos, el humor de los alumnos mejoró y cesaron las quejas frente al profesor.
"Racionalmente, nadie debería estar más feliz acerca de un puntaje de 96 sobre 137 (70%) que de 72 sobre 100, pero mis estudiantes lo estaban", recordó. "Al darme cuenta de esto fui capaz de poner el tipo de examen que quería pero evitar que refunfuñaran", agregó.
Mayte de León,
El economista que alcanzó el Nobel a los 'empujones', El País 10/1072017
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