Como hemos visto en más de una ocasión, el cálculo de probabilidades da pie a numerosas paradojas y falacias. Una de las más difundidas es la falacia del jugador o falacia de Montecarlo, que consiste en creer que los sucesos aleatorios pasados influyen en los futuros. Si, pongamos por caso, lanzamos una moneda cinco veces seguidas y las cinco sale cara, tendemos a pensar que “ya es hora” de que salga cruz; pero es evidente que el nuevo lanzamiento es independiente de los anteriores, y cada vez que lanzamos una moneda hay un 50 % de probabilidades de que salga cara y otras tantas de que salga cruz, independientemente de lo que haya ocurrido anteriormente. Y lo mismo vale, obviamente, para los dados; como se suele decir, “los dados no tienen memoria”.
Carlo Frabetti, La falacia del jugador, El País 17/11/2017 [https:]]