A diferencia de los tiempos de
Gramsci, la cultura ya no es simplemente una forma de dominio hegemónico sino una de las fuerzas básicas de la economía. Las mayores empresas mundiales son hoy empresas culturales (Google, Amazon, Uber, AirB&B, FaceBook, …). No se entendería la economía financiarizada, por otra parte, sin la masiva circulación de información y datos, una transformación cultural que
Gramsci no había podido pensar.
Fernando Broncano,
Arriba y abajo, El laberinto de la identidad, 12/01/2018
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