Habrá a quien le llame la atención la afirmación de que no se puede extraer certeza razonando deductiva o inductivamente en ciencia. Para intentar explicar qué queremos decir partamos de un ejemplo muy simple: tenemos en un matraz un líquido incoloro transparente. Sí queremos averiguar si es agua podemos hacer un experimento muy sencillo: medimos a qué temperatura hierve. Entonces razonamos de la siguiente forma:a) Si es agua entonces hervirá a 100 ºCb) hierve a 100 ºCc) por tanto, es (probablemente) agua Esto es lo que se llama razonamiento confirmatorio. En general, cuando basamos nuestras predicciones en una hipótesis, y esas predicciones resultan ser correctas, ello nos da al menos cierta idea de que nuestra hipótesis puede ser válida. Luego volveremos a esto. Paralelamente, cuando hacemos predicciones basadas en una hipótesis concreta y esas predicciones resultan no ser correctas, tomamos este resultado como indicativo de que la hipótesis tampoco lo es. A esto se le llama razonamiento disconfirmatorio. En nuestro ejemplo, a) Si es agua entonces hervirá a 100 ºCb’) hierve a 101,5 ºCc’) por tanto, no es agua Hasta aquí todo parece trivial. Aunque puede que no sea tan fácil. Veamos. El razonamiento confirmatorio es un tipo de razonamiento inductivo, mientras que el razonamiento disconfirmatorio es un tipo de razonamiento deductivo. Puede que esta frase te confunda si lo que recuerdas de lo que es deductivo e inductivo es algo así como que el primero va de lo general a lo específico y el segundo de los específico a lo general. Eso no es preciso. En efecto, el razonamiento inductivo es aquel en el que dadas las premisas del argumento la conclusión es muy probable. O dicho de otra forma, si todas las premisas y las pruebas son correctas, aún cabe la posibilidad de que la conclusión sea falsa. ¿Se te ocurre algún caso en que en nuestro ejemplo
a y
b sean ciertos pero
c sea falso? A diferencia del inductivo, en un argumento deductivo bien construido las premisas verdaderas garantizan una conclusión verdadera. Vemos pues cómo el razonamiento confirmatorio puede, en el mejor de los casos, apoyar una hipótesis, ya que independientemente de cuantas veces se haya repetido un experimento con prácticamente idénticos resultados confirmando la hipótesis, la hipótesis aún puede ser, si bien muy probable, errónea. Está en la propia naturaleza del proceso inductivo.
César Tomé López,
Provisional y perfectible, Cuaderno de Cultura Científica 23/04/2013
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