Abundan las opiniones sobre la imposibilidad del amor en la sociedad de consumo (
Bataille,
Fromm,
Badiou,
Bauman y muchos más). El filósofo de moda
Byung-Chul Han se apunta al carro en
La Agonía de Eros. La tesis básica es que el amor no es intercambio, sino entrega a un «otro» inconmensurable, algo incompatible con la lógica mercantil de nuestro tiempo. El amor no consiste en encontrar tu «media naranja» («el encuentro es que, justamente, no estábamos hechos para encontrarnos», dice
Badiou) según afinidades e intereses en común, ni en lograr un «buen partido» para el intercambio mutuamente beneficioso de cualidades humanas, sino en darte o rendirte sin reservas a un otro imposible de homologar, perderte en él sin encontrarlo nunca, y apostar con él por lo imponderable y eterno (el futuro, la fidelidad).
Víctor Bermúdez,
Elogio del amor líquido, el periódico de Extremadura 14/0272018
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