by Caravaggio |
Pero por incómodo que sea, quizá debamos pensar en serio qué hacer con la gente que nos cae realmente mal, cuyas opiniones detestamos, cuyos fines políticos nos parecen insoportables. No para darles la razón, ni mucho menos para dejar de intentar que pierdan en la deliberación pública primero y luego en las elecciones, y si no queda más remedio en los tribunales. Pero el pluralismo no es un juego de salón, una mera elegancia retórica. Es decidir cómo convives con quien te pone de los nervios. La cárcel -después de un juicio justo, no antes- o el secuestro de un libro -si hay en él acusaciones claramente ilegales- son recursos posibles, pero que solo deben utilizarse con un cuidado extremo, y como un último recurso, desagradable y raro.En los demás casos, quizá debamos echar mano con más frecuencia de uno de los recursos más efectivos: la indiferencia.Ramón González Férriz, Ser liberal es ser indiferente la mayor parte del tiempo, El Confidencial 27/02/2018 [https:]]