Sin duda habrás notado una diferencia muy importante entre dos tipos de sucesos mentales. Por una parte, algunas cosas tienes muy claro que ocurren "en tu mente". Por ejemplo, si ahora empiezas a recordar cómo era el colegio en el que pasaste tus años de educación primaria, (...) Puedes incluso cerrar los ojos y seguir "contemplando" esas imágenes. (...) En cambio, esa habitación, ese paisaje, sí que tiene muy claro que no están en tu mente, sino ahí afuera. Para recorrerlos no te basta con cerrar los ojos e imaginar, sino que tiene que moverte de un lado a otro, y lo que estás viendo cambiará según te desplaces. la habitación, la calle, el campo ... todo ello te parece obviamente el exterior.
Lamento decirte que te equivoca de cabo a rabo. Lo que estás viendo al mirar por la ventana está dentro de ti, o de tu mente, como los recuerdos de tu colegio ...
... los objetos emiten montones de estímulos físicos (ondas electromagnéticas o sonoras que llegan a nuestros ojos y oídos, moléculas químicas que captan la lengua y la nariz, repulsión electromagnética que presiona nuestras terminaciones táctiles), esos estímulos excitan ciertas neuronas de nuestros órganos sensoriales, que a su vez envían al cerebro ciertos patrones de excitación eléctrica. Tras una complejísima elaboración a través de numerosas áreas y capas de neuronas en el cerebro, algunos de estos patrones de excitación eléctrica se convierten en las "imágenes" que percibimos, o dicho de otro modo, en nuestro acto de percibir imágenes. Ese mundo que percibes es, por lo tanto, tan interior como tus actos de imaginar o recordar. Vives enteramente dentro de tu cerebro, percibiendo una "realidad virtual" que de modo intuitivo, instintivo, tomas como la "verdadera" realidad.
Jesús Zamora Bonilla,
En busca del yo. Una filosofía del cerebro, Bonalletra Alcompas, S. L. 2018