Es fácilmente comprensible la atracción y utilidad que tienen las metáforas: son una forma sencilla de resumir la visión general que se tiene sobre un sistema muy complejo. Son famosas, por ejemplo, las metáforas empleadas a lo largo de la historia reciente para referirse al funcionamiento del encéfalo, siempre empleando lo más avanzado en cada momento: así Descartes comparó el encéfalo con una máquina hidráulica, Freud con una de vapor; posteriormente se asimiló el encéfalo a una centralita telefónica, después a un circuito eléctrico, para terminar llegando al ordenador; últimamente ya se encuentran textos en los que se le asimila a un navegador web o a Internet.Pero la cuestión es, ¿cuál es la metáfora actual para el universo? ¿Qué ha sustituido al reloj de la Ilustración? Entiéndase las cuestiones desde el punto de vista científico, obviamente; hay personas, no pocas, que mantienen una cosmovisión aristotélica o, lo que es más aberrante si cabe, platónica.
César Tomé López,
El universo ametafórico, Cuaderno de Cultura Científica 04/06/2013
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