El debate de si existe o no la selección de grupo es uno de los clásicos en Biología Evolucionista que continúa sin resolver y yo quería tocar hoy un aspecto relacionado con él pero sin entrar en el meollo del asunto. Quiero decir que no voy a entrar en las posturas de ambos bandos y sus argumentos sino en un asunto colateral de tipo moral. Resumiendo, están los que hablan de que la selección fundamental ocurre a nivel del individuo y a nivel de los genes (
Dawkins,
Pinker, etc.) mientras que otros defienden una selección a nivel de grupo, sobre todo para explicar cosas como el altruismo (
David Sloan Wilson,
Elliott Sober,
Haidt, etc.)
Aunque no se diga con todas las palabras, detrás de las dos opciones hay un posicionamiento político y un posicionamiento moral. Los que defienden la selección de grupo hablan de sus repercusiones positivas (el altruismo dentro del grupo, la cooperación) y dan a entender que es una posición moral superior, o cuando menos más atractiva, que la de los partidarios de la selección individual que hablan de genes egoístas, competición y demás cosas feas (estoy simplificando bastante). Pero los partidarios de la selección de grupo se olvidan de su lado oscuro:
el egoísmo entre grupos, la hostilidad, la xenofobia, el patriotismo, el etnocentrismo, el conflicto y la guerra. La selección de grupo habla de cooperación dentro del grupo, sí, pero para vencer y derrotar a otros grupos; en realidad estamos cambiando el egoísmo individual por un egoísmo de grupo.
Pablo Malo,
El lado oscuro de la selección de grupo, La nueva Ilustración Evolucionista 29/03/2015
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