La rebeldía es a veces sinónimo simplemente de integridad, autenticidad y demás valores abstractos. Al basarse en la conciencia individual, demuestra una falta de interés en el mundo real. En los años setenta,
Hannah Arendt escribió un ensayo contra
Thoreau y su idea de la desobediencia civil. Para la filósofa, el foco en la conciencia individual como base de la desobediencia civil es en realidad algo apolítico: “[la conciencia] no está interesada fundamentalmente en el mundo donde se cometen injusticias o en las consecuencias que esas injusticias tendrán en el futuro del mundo”. Lo que importa es que tú no te manches, que nadie pueda pensar de ti que has podido ser partícipe de una injusticia. Como dice
Arendt, la conciencia individual te dice lo que no hacer, pero pocas veces te recomienda lo que hacer.
Ricardo Dudda,
Rebeldía narcisista, The Objetive 21/09/2018
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