El
reparto de recursos en Rawls y el análisis del daño y las formas de dominación en
Shklar juegan un papel crucial en una concepción efectiva de la libertad. La libertad está inextricablemente unida a la provisión de capacidades para ejercerla de hecho. Por eso, una potente reflexión sobre las instituciones públicas, que deben comprometerse en esta tarea, compete al corazón mismo del liberalismo. Lejos de asignársele un papel difuso y secundario, aquí las instituciones (y no menos los controles a las mismas) aparecen en un lugar central: son garantes y custodias de los derechos fundamentales.
Alicia García Ruiz,
¿De qué hablamos cuando hablamos de liberalismo?, El Confidencial 14/11/2018
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