Su nombre se asocia también a un experimento mental conocido como ‘la paradoja del asno de Buridán’, a pesar de que no se recoge en ninguna de las obras conocidas de este filósofo. Sin embargo, un problema similar aparece en el tratado
Sobre el cielo de
Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.), en un momento en el que su autor se preguntaba sobre cómo un hombre sediento y hambriento, situado a la misma distancia de una mesa llena de alimentos y otra llena de bebidas, se las arreglaría para escoger entre ambas ofertas… Y concluía que necesariamente, ¡se mantendría inmóvil!
Marta Macho,
La paradoja del asno de Buridán, Cuadernos de Cultura Científica 21/11/2018
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