Pero que el animal humano sea potencialmente un animal que conoce y simboliza no significa que en cada individuo de la especie humana deba llevarse plenamente al acto esta potencia, menos aún cuando alcanza forma de filosofía. La filosofía, nos dice
Aristóteles, es «ciencia buscada», ciencia quizás intrínsecamente buscada desde su arranque en Jonia y a lo largo del ciclo de las generaciones; búsqueda que constituiría una de las muestras mayores de que el ser humano responde a su singular condición natural.
Víctor Gómez Pin,
Tras la física