Yo creo que no hay que definir la felicidad. No hay que definirla, precisamente por lo que acabo de decir. Si la vinculamos a la libertad de cada uno, creo que hay un cambio muy importante en este pensamiento, que es precisamente el poner de manifiesto que se puede vivir de muchas maneras y ser feliz en cada una de ellas. No hay una vida mejor que otra, una forma de vida mejor que otra ni más excelente que otra. En el mundo griego la vida política era la mejor, era la dedicación al otro. En el mundo medieval era la vida del monasterio, la vida del estudio, de la teología. En cambio, la vida moderna no.
Pico della Mirandola dice que la dignidad del hombre reside en la capacidad que tenemos de escoger cómo vivir, y podemos escoger mejor o peor. Y ahí está el truco, la trampa de la libertad. Pero la felicidad se la tiene que construir cada uno. La felicidad habría que, en todo caso, definirla como el mantener esa búsqueda, que es como mantener el deseo de seguir viviendo, las ganas de vivir pese a todo, porque en la vida humana hay muchas limitaciones, muchas contingencias, muchas frustraciones. Es, pese a todo, el saber superar todas esas adversidades y mantener el deseo de vivir. (
Victoria Camps)
[https:]]