Hace una década, el ciberactivista
Eli Pariser acuñó el concepto "filtro de burbuja" para denunciar cómo el territorio de la red, dominado por algoritmos diseñados para satisfacer al usuario, terminaría ofreciendo solo lo que quería ver: reforzando estas cámaras de eco. Pero la existencia de este fenómeno generalizado está cuando menos en entredicho.
Un estudio de Columbia, por ejemplo, muestra que los buscadores ofrecen los mismos contenidos noticiosos a progresistas o conservadores, sin reforzar sus sesgos.En una revisión de estudios realizada el año pasado (
pdf), el especialista Brendan Nyhan, del Dartmouth College, asegura que la existencia de las cámaras de eco solo afectaría a públicos muy reducidos y particulares. "Su prevalencia en las dietas informativas de la gente suele estar exagerada, aunque las redes sociales y otras plataformas de contenido en línea pueden facilitar una mayor exposición selectiva, incluida la información engañosa", escribe Nyhan. Es lo que sucede en determinados foros extremistas, como 4Chan, o con grupúsculos
como el de los terraplanistas en YouTube o los antivacunas
en Facebook. Pero la mayoría de los usuarios reciben información variada, de fuentes diversas. "La teoría de las cámaras de eco ha tenido tanto éxito porque es una explicación fácil para entender esta polarización que sufrimos, e intuimos que este ecosistema de redes sociales tiene algo que ver... pero no sabemos cómo", zanja Ana Sofía Cardenal (investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya).
Javier Salas,
No vives en una burbuja informativa, El País 01/06/2019
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