"Sería una exageración total decir que es fácil luchar contra el negacionismo de la ciencia. Primero: es diferente según a quién intentas convencer. Es casi imposible convencer al propio negacionista de la ciencia por culpa del pensamiento motivado", asegura
Philipp Schmid, investigador de la Universidad de Erfurt. El pensamiento motivado es un concepto fácil de resumir: estamos diseñados para darnos la razón y buscaremos aquellos argumentos que encajen con nuestras ideas previas, minusvalorando los que nos contradicen. Este sesgo es muy fuerte y
un estudio publicado la semana pasada mostraba cómo funciona incluso en tiempos de internet, en los que disponemos de inmediato de toda la información para evitar vivir en el error. Pero, como demuestra el experimento, sigue vigente. Los sujetos podían buscar en internet todas las evidencias que quisieran para ayudarlos a tomar decisiones correctas y se les pagaba de acuerdo con la precisión de las mismas. A pesar de la recompensa, estos voluntarios dejaban de recopilar datos en cuanto lo que encontraban apoyaba la conclusión que encaja con su forma de pensar. Si no se correspondía con su forma de pensar, seguían buscando más tiempo y más datos. "Hoy, hay una cantidad ilimitada de información disponible a un clic del ratón", afirma la autora del estudio,
Tali Sharot. "Sin embargo, debido a que es probable que las personas realicen menos búsquedas cuando los primeros resultados proporcionan la información deseada, esta gran riqueza de datos no necesariamente se traducirá en opiniones más precisas", lamenta la investigadora de la University College de Londres.
Javier Salas,
Cómo combatir patrañas en público, El País 03/07/2019
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