... propongo la siguiente concepción operativa del poder social:
Si bien solemos utilizar la noción de poder social como concepto contestatario (en general, reclamamos poder solo cuando queremos objetar), la concepción propuesta refleja el hecho de que la mera idea de poder social es en sí misma más neutral, aunque nunca tan neutral como la simple idea de capacidad social. Es correcto, pues, conceder que un ejercicio de poder no tiene por qué ser perjudicial para nadie. Por otra parte, situar la noción de control en su centro le otorga la adecuada inflexión crítica: allá donde opera el poder, deberíamos estar dispuestos a preguntar quién o qué está controlando a quién y por qué.una capacidad práctica socialmente situada para controlar las acciones de otros, que puede ser ejercida (de forma activa o pasiva) por agentes sociales concretos o, de manera alternativa, puede operar de forma netamente estructural.
Miranda Fricker, Injusticia epistémica. El poder y la ética del conocimiento, Herder, Barcelona 2016