Escrito por Luis Roca Jusmet
Jacques Lacan hizo una afirmación provocadora : "Las relaciones sexuales no existen ". No hablaba de la no existencia de relaciones sexuales, ni de lo que llamamos relaciones amorosas, por supuesto, sino de la imposibilidad del complemento de los sexos.
Como afirmación abstracta no nos lleva a nada. A Lacan le gustaban las afirmaciones universales. Lo voy a plantear en términos históricos porque creo que la ontología del ser humano es histórica.
Hablaré de las relaciones entre hombre y mujer en el contexto de la Europa moderna y dentro de este marco de la familia contemporánea, que es la familia nuclear post-patriarcal del capitalismo avanzado.. En la Europa Moderna se da progresivamente una relación inédita entre hombre y mujer por la coincidencia que se busca en el matrimonio entre lo sexual, lo afectivo y lo familiar. La madre o el padre de nuestros hijos debe ser un amigo y un amante. Estas expectativas son desmesuradas, aquí está la imposibilidad de la que habla Lacan.
Utilizaré dos escenas que se dan en una película extraordinaria del gran director Igmar Bergman En ellos nos habla de la verdad de la pareja moderna en dos registros diferentes. En el segundo caso una mujer que tiene una vida cómoda y agradable, con un esposo amable, con el que que comparte cosas, quiere separarse porque busca el amor (im)posible. ¿ O quizás busca un sexo posible ?
Pero lo interesante es la relación entre el matrimonio protagonista de la película. Son una pareja y una familia aparentemente perfecta, sin fisuras. Pero es una mascarada, representan un papel delante de sí mismos, de los otros y de la sociedad. Viven en la mentira. Reprimen su odio. Una de las cosas más interesantes que nos enseñó Freud es la ambivalencia de las relaciones humanas. Odiamos a los que amamos porque nunca nos dan lo que queremos. También lo decía Spinoza : Amamos lo que nos da alegría y odiamos lo que nos causa tristeza. Podemos reprimir el odio pero lo reprimido puede retornar : y lo hace con violencia, como vemos en la película. Reprimen su sexualidad. Reprimen, en definitiva, las pulsiones y esto tiene un precio. De todas maneras continúan en su relación, después de la separación, de la violencia. Es una relación fallida pero quizás es en lo fallido donde encontremos la verdad de estas relaciones que nunca serán armónicas, que nunca serán complementarias.