EL DERECHO A DECIDIR : ABORTO Y EUTANASIA
Escrito por Luis Roca Jusmet
John Stuart Mill representa lo mejor del liberalismo. Después de leer a Tocqueville se planteó como conciliar la democracia con la libertad individual. Es decir, como evitar que la mayoría impusiera sus opiniones a las minorías o pudiera bloquear las libertades individuales. Dió una buena solución : diferenciar lo privado y lo público. Pero no entendiéndolos como espacios, sino como ámbitos. Diferenciar espacios públicos y privados es un mal planteamiento. Lo es porque significa que en lugares como el hogar ( el
oikósde los griegos) no funciona la ley. Con esta lógica se ha justificado o tolerado la violencia contra la mujer. Por público es el ámbito donde funciona la ley, ya que entran los derechos subjetivos de los otros. Hablamos de ley moral y de ley positiva. Lo privado, en cambio, es donde no entran los derechos subjetivos de los otros : afecta al espacio ( simbólico, no físico ) en el que nuestras decisiones no entran en el especio de los derechos del otro. Esto no quiere decir que las decisiones no afecten a los otros sino a sus derechos. Pero cada cual debe cargar con sus decisiones y con sus afectos.
La eutanasia es un derecho privado, ya que aunque afecta a los otros es un derecho propio, el derecho a vivir o a morir. ¿ Por qué tan pocas sociedades modernas lo aceptan ? Por la influencia de la Iglesia, ni más ni menos. Si el PP fuera un partido liberal lo legalizaría, pero no lo hace porque aparte de neoliberal en cuestiones económicas, es neoconservador en cuestiones sociales, lo cual es la peor combinación posible. El PSOE, que sí e sun partido liberal en lo social, no lo legalizó por miedo a enfrentarse con la Iglesia y al electorado católico. En estas estamos, en una sociedad que se dice democrática pero no respeta un derecho individual. Después de Mill ya entendemos que democracia significa universalización de derechos, por lo menos los individuales. La cuestión del aborto es, de entrada, más complicada. El problema es si el feto es una parte del cuerpo de la madre o es una persona con derechos propios. Si consideramos lo primero, hay que reconocer el derecho de la mujer a abortar y si no, se ha de prohibir el aborto. es ella la que debe decidir. La primera ley del aborto, aprobada por el PSOE, fue inconsistente porque planteaba tres condiciones para abortar y una era la violación. Si es un derecho del niño a existir, entonces ¿ Que importa que sea una violación si se trata de proteger el derecho del niño a la vida ?¿Y si es un derecho de la mujer, porque aceptar esta condición y no en cambio otra, que puede ser igual de importante para la mujer que ha quedado embarazada ? . Lo más sensato es considerar que una persona existe cuando el ser humano está formado. Podemos considerar a partir de que momento ocurre esto, pero en todo caso un embrión no es un ser humano. No es bueno para nadie que un niño nazca sin ser deseado, hay que dar un margen para evitarlo. A ninguna mujer le gusta abortar y cuando lo hace es para evitar malos mayores. Es más, podemos afirmar que el aborto existen en condiciones legales o ilegales. Hay que canalizar de manera racional y humana el problema. Los católicos, por ejemplo, pueden decidir no abortar por principios pero no pueden imponer esta decisión. La ley de aborto que está diseñando el PP niega un derecho individual y generará mucho sufrimiento. No tienen derecho a quitar este derecho. Si fueran liberales lo aceptarían. El problema es que en cuestiones sociales no lo son. Eutanasia y aborto deberían ser derechos subjetivos reconocidos y la sociedad deberían dar los recursos públicos para realizarlos de la mejor manera posible. ¿ Es el PP un partido neoliberal ? Ya me gustaría que lo fuera en lo social. Pero está situado en la peor tradición, iniciada por Margareth Tatcher y Ronald Reagan y continuada por Bush, la que une el neoliberalismo económico con el neoconservadorismo social. Son dos frentes diferentes : el capitalismo puede coexistir perfectamente con el aborto y con la eutanasia. Es otra fuerza reaccionaria, la de la Iglesia católica ( en el caso español) la que se opone. Hay aquí una alianza entre la lógica del capitalismo y la de la Iglesia que nos sitúa en el peor escenario posible. No hay que dejarles el campo libre porque el sufrimiento que va a generar, como tantas veces, en nombre de la religión, será terrible.