Escrito por Luis Roca Jusmet
Llamo experiencia a un viaje hasta el límite de lo posible para el hombre. Cada cual puede no hacer este viaje, pero si lo hace, esto supone que niega las autoridades y los valores existentes que limitan lo posible. Por el hecho de la ser negación de otros valores, de otra autoridades y otros valores, la experiencia que tiene existencia positiva lleg a ser ella misma el valor y la autoridad.
Georges Bataille
Georges Bataille es el escritor que seguramente ha aparecido y desaparecido más veces en mi vida. Quizás siempre he buscado esta experiencia interior de la que habla en este texto. Muy joven encontré en un librería de segunda mano un libro que me llamó la atención :
El erotismo. Era una mala traducción de Bataille pero aún así me impactó. Además incluía una portada y unas láminas muy inquietantes y sugerentes. Todo tenía relación con una visión del erotismo como transgresión y como disolución. Es decir, el erotismo como ligado necesariamente a la prohibición. Evidentemente hay aquí una afinidad con su amigo Lacan : es la represión de la pulsión la que crea la falta que posibilita el deseo. El erotismo es deseo y como tal está siempre ligado a la insatisfacción: nunca cubre la falta que lo origina. El erotismo es humano porque es su propia ley la que lo hace aparecer a partir de la sexualidad animal. Por otra parte Bataille relaciona el erotismo con la búsqueda de la continuidad, de la ruptura del aislamiento. El erotismo quiere hacernos salir de nuestros cuerpos, fundirnos con el Todo. Reflexiones de raíz católica que hicieron mella en un católico rebotado como era yo mismo. Conservaba también el fondo místico que seguíamos compartiendo. Me sorprendió que hablara del Marqués de Sade de la forma como lo hacía, sin anatemizarlo, dando la vuelta a sus planteamientos de una manera tan original. Este escrito es contemporáneo al texto de Lacan "Kant con Sade". Slavoj Žižek considera que ambos relacionan el deseo con la ley, pero de diferente manera. Para Lacan la ley genera la falta que posibilita el deseo. Para Bataille en cambio el deseo surge como transgresión de la ley. Es justamente lo que Lacan consideraba propio y exclusivo del perverso. intenté entrar en la literatura erótica con su libro "Historia de un ojo", que me dejó estupefacto, escandalizado. Literatura perversa más que literatura erótica, desde luego.
Posteriormente me encontré con los tres libros que constituyen lo que se ha venido a llamar
La Summa ateológica. Tres esplendidas traducciones de Fernando Savater , publicadas por Taurus :
La experiencia interior,
La culpabilidad y
Sobre Nietzsche. Tres libros inclasificables, muy desiguales pero llenos de ideas interesantes. Un espíritu completamente libre que, desde la izquierda, fue capaz de defender a Nietzsche en plena ocupación nazi. Estos textos me han acompañado durante años y me han provocado reacciones diversas pero siempre me han estimulado.
Leí más tarde dos libros teóricos :
La teoría sobre la religión ( un ensayo muy sugerente sobre el fenómeno de lo sagrado, en la línea del horizonte abierto por Roger Callois. También
La parte maldita, un
libro de culto
, para economístas heterodoxos.
Otro libro que me pareció extraordinario es la
Literatura y el mal,en el que Bataille demostró una vez más su brillantez a través del análisis de escritores paradigmáticos como Baudelaire.
Hace una semana volví a él por el camino indirecto de la extraordinaria y única Simone Weil. Leí El azul del cielo, uno de sus relatos más importantes. En él aparece la escritora a través de Lazare, uno de los protagonistas del libro.
Volver una y otra vez a Bataille. También fue un gran amigo de Michel Leiris, autor de un libro autobiográfico que me pareció interesantísimo :
Edad de hombre. Walter Benjamín, que lo conoció, decía que el peligro de su filosofía del exceso era la de quedar vinculada al movimiento fascista.
Fue, además, una de las grandes influencias de mi filósofo de referencia : Michel Foucault.