Submarino es una película danesa rodada el año 2010, dirigida por el joven director Thomas Vinterberg. Los protagonsitas, Gustav FisherKjaerulff y Sebastián Bull Saraning hacen una interpretación magistral de sus dificiles personajes. El inicio de la película es impresionante. En los diez minutos iniciales se muestra una situación familiar terrorífica. El dominio de las pasiones tristes y de la pulsión de muerte. Tan radical que lleva a la muerte de un bebé, que era la única alegría, la única manifestación de amor, muere. El drama se transforma en tragedia. ¿ hasta que punto pueden superar estos niños un trauma semejante ? Los dos hermanos se hacen mayores y deben sostener lo insostenible de su pasado, Es una carga demasiado fuerte. Una la soporta con la cerveza y el culturismo compulsivo y el otro con la heroína. Pero hay en los dos una pulsión de vida que no se apaga. El hermano mayor vive en un centro de acogida, ha estado en la cárcel. La violencia se apodera de él de manera incontrolada. Es el odio hacia sí mismo y hacia el mundo. Pero queda en él algo de amor. El hermano pequeño, enganchado al caballo, tiene un hijo de unos seis años del que se ocupa en solitario y al que quiere ofrecerle un futuro mejor. Pero las fuerzas autodestructivas que habitan en ellos son terrible. La película es dura pero tiene cierto ascetismo, cierta austeridad que hace que se pierda la medida, que no se caiga en el exceso. Tiene un final circular. Al final el hijo del hermano pequeño, Martín acaba ocupando el lugar del bebe muerto. pero ha hecho falta otra muerte, el suicidio del padre. Su tío se ocupará de él, como quiso ocuparse de su hermano-bebé. La fuerza de la vida y de la muerte, el amor y el odio luchando entre sí. Como dijo Empédocles y recogió en la modernidad Freud. Es la vida, con su fuerza, la que ha pesar de las fuerzas destructivas, acaba ganando.