Escrito por Luis Roca Jusmet
Hay que preguntarse si tiene sentido hoy definirse como de izquierdas o de derechas. Mi respuestas es que sí. Sí porque mantiene la diferencia entre quienes defienden dos modelos de sociedad entendidos de manera diferente y porque la izquierdas sigue siendo el significante que mantiene una tradición emancipatoria. Tradición emancipatoria quiere decir un proyecto de sociedad de personas autónomas y libres capaces de gobernar sus propias vidas y participar en el gobierno común de la sociedad en la que viven. Este es el proyecto de la ilustración, basado en la igualdad, en la libertad y en la fraternidad y en la idea que los humanos pueden pensar y decidir por sí mismos. La derecha ha representado siempre la ideología de los poderosos que han querido justificar y mantener sus privilegios. La igualdad ha sido siempre una conquista de la izquierda. La igualdad política, a través del sufragio universal ha sido una reivindicación y una conquista de los sectores excluidos y su representación política ha sido la izquierda. La izquierda ha luchado también por la igualdad social y económica y muchos de los derechos sociales han sido conseguidos por estos movimientos. Esto no quiere decir que no debamos aceptar que la izquierda como proyecto haya fracasado, porque lo ha hecho. El anarquismo defiende lo imposible, el comunismo ha producido totalitarismo, la socialdmocracia ha acabado gestionando el peor capitalismo y la exterma izquierda es y continua siendo un movimiento político marginal.
El punto negro del comunismo ha sido la incapacidad de derivar hacia formas democráticas, de aceptar la libertad individual y de conseguir una igualdad real. El hombre nuevo prometido se transformó en una pesadilla. Solo cuando no ha estado en el poder ha sido capaz de conseguir más democracia y más derechos. En el poder ha resultado terrorífico. Ahora lo sabemos. Todas las utopías son peligrosas. Podemos preguntarnos si estaba anunciado en Marx este resultado y la repuesta es ambigua. Lo es porque por una parte podemos decir que Marx siempre defendió la democracia y es cierto. Pero por otra también podríamos afirmar que Marx nunca consideró las libertades individuales. Que Marx pretendió que sus análisis eran los únicos científicos y que su visión de la historia le hacía considerarse portador único de un saber emancipatorio. Y finalmente que lo que hay es lo que la historia ha dado de sí, es decir que lo que ha ocurrido ha sido la aplicación real de las teoría de Marx. En todo caso no me parece que Marx deba ser hoy una referencia para la izquierda, aunque debe ser leido y pensado. De todas maneras vale la pena tener en cuenta a los primeros teóricos de la socialdemocracia, como Bernstein.
Pasemos al liberalismo, término bastante confuso y muy demonizado por la izquierda. Pero pienso que hay que recuperar a un liberal clásico, que es John Stuart Mill. Es fundamental no por su texto
Sobre la libertad.Mill plantea una solución al problema planteado por un liberal conservador, Alexis de Tocquevile, sobre la tiranía de las mayorías. Mill establece una distinción clara entre lo privado, donde domina la libertad individual, y lo público, que es el campo de la moral y la política. Mill debe ser una referencia.
Michel Foucault es imprescindible.Nos da múltiples elementos para una una politica de izquierdas matizada y crítica, sin ilusiones. tanto en lo que respecta a sus análisis del poder, como en el horizonte que abre con la biopolítica como por sus últimas propuestas ético-políticas. Lo podemos enlazar con lo que dice Philippe Pettit con la libertad como no-dominación. Es decir una idea de libertad no exclusivamente liberal que justifica la intervención estatal en caso de necesidad,
El concepto de democracia debe ser pensado desde análisis radicales como el de Jacques Rancière y Cornelius Castoriaidis pero con reservas. Rancière es interesante pero no plantea una teoría de gobierno. Catoriadis también, pero eliminando el carácter utópico de su crítica al Estado y a la democracia represenatativa. Pero teniendo claro que sin ciudadanos autónomos formados políticamente no hay emancipación posible.
La cuestión económica es, por supuesto, la más compleja. La pretensión de algunos izquierdistas de inisitir en el término anticapitalista. Me lo parece porque la noción de capitalismo es muy discutible. Si entendemos por capitalismo la existencia del mercado entonces me temo que no podemos plantear su eliminación porque no tenemos alterntiva económica, como bien nos muestra las experiencias comunistas, que fueron un fracaso. Entonces, si entedemos que el capitalismo es la lógica del aumento de capital por encima de todo, que arrasa todo aquello que no forma parte de ello, entonces si hay que ser anticapitalista. Pero en todo caso lo que hace falta son planteamiento radicales pero realistas, como el que hace Tim Jackson es su libro
Prosperidad sin crecimiento. No quiero olvidar tampoco a Spinoza, precursor en el siglo XVII de una teoría democrática entendida como cooperación, como confluencia de poderes y capacidades. Pero con bastante escepticismo respecto a lectura de, por ejemplo Toni Negri, de la noción de multitud.
En todo caso me considera defensor de una izquierda democrática y liberal, que recoge lo mejor del socialismo, del liberalismo y de las experiencias democráticas. A esto último algunos lo han llamado republicanismo pero el término es ambiguo.Hay que incorporar una teoría económica que recoja lo mejor de una teoría de la redistribución de la renta, del Estado del Bienestar que recoje toda la problemática ecológica y una idea de bienestar no consumista. La Declaración de Derechos Humanos, por otra parte, es una referencia básica, ya que recoge casi todo lo que hemos dicho.
La izquierda ha de defender un Estado de Derecho porque es el único que garantiza el estatuto de ciudadano con unos derechos. Derecho democrático, pero con una Constitución que debe recoger los derechos individuales. No se trata de confrontar lo público y lo privado ni la libertad y la igualdad. La izquierda defiende lo público pero respetando el espacio privado. Defiende la libertad pero equilibrada con exigencias igualitarias en todos los sentidos. Esto quiere decir que la intervención del Estado a veces es imprescindible, aunque limite la libertad subordinada a lo que reclama la igualdad.
Sería interesante también recoger las aportaciones de Claude Lefort sobre democracia, entendida como espacio abierto y contrapruesto al totalitarismo, donde la sociedad se identifica con una noción de pueblo y esta con una opción política dterminada, vehiculizada por un partido y/o líder. El nacionalismo es hoy una versión de este totalitarismo.
Significantes-fetiche como
democracia radical, republicanismo socialista, anticapitalismo. comunismo son sólo palabras mágicas que seducen y, por tanto engañan. Los que necesitamos son prácticas presentes y propuestas posibles y realistas para combatir a una derecha neoliberal que dispone de un proyecto global. Y la izquierda debe construir un proyecto que hoy no existe aprendiendo de la historia.Los análisis históricos de Tony Judt son aquí fundamentales.
Ser de izquierdas es recuperar lo mejor de la tradición liberal, de la tradición socialistas y de las prácticas democráticas. Es reactualizar el proyecto ilustadro de pensar por uno mismo y formar ciudadanos autónomos guiados por este triple ideal del que tanto se ha hablado y que tan poco se ha practicaddo : libertad, igualdad y fraternidad. Es quere una buena vida para uno mismo y para los otros. Vivir bien, convivir bien y hacerlo en el marco de unas instituciones justas. Poner la racionalidad al servicio de los fines y no de los medios. Esto debería ser lo que significa ser de izquierdas, sin olvidar que el ideal que vale no es que se orienta al futuro sino el que se aplica al presente.