Vídeo y artículo de Luis Roca Jusmet
Para Nietzsche la Voluntad de Verdad, entronizada por Platón, es un producto de la soberbia humana, pero también de la voluntad de negación de la vida, de querer reducirla a un ideal abstracto. La verdad es imposible, dice Nietzsche, y lo es por los múltiples filtros que la distorsionan. La percepción y las imágenes cerebrales son la distorsión común de los humanos. Pero cada sociedad crea una lengua que la clasifica que interpreta y clasifica estas imágenes de diferente manera, por lo que hay un filtro cultural añadido. Finalmente la propia conceptualización parte de la igualación de cosas desiguales. El concepto reduce lo singular a ficciones abstractas. El conocimiento humano es, como máximo, una metáfora de la realidad que pretende reflejar,
La verdad de cada sociedad es lo que imponen los que tienen poder para hacerlo. La verdad es una relación de poder. Cuando la astucia de los resentidos domina entonces se impone una verdad negadora de la vida, como ocurrió con los siglos de dominio del cristianismo y como sucede después con el nihilismo.
El conocimiento es producto de una perspectiva, es totalmente relativo a la posición de quién construye el discurso. hay discursos mejores y peores pero el criterio no es desde el valor de la verdad sino desde el valor de la vida. la verdad es siempre, para Nietzsche, una ficción.
Yo no estoy de acuerdo con la teoría ficcionalista de Nietzsche ni con ninguna forma de relativismo. Pero Nietzsche aportó elementos muy interesantes, como la naturaleza lingüística de la verdad y su relación con el poder y con los valores. La misma idea de perspectiva es muy potente, aunque no se utiliza con la misma radicalidad que la utiliza él. Filósofos posteriores tan importante como Hans Vahinger, Michel Foucault o Richard Rorty están en deuda con él.