Escrito por Luis Roca jusmet
Dice el filósofo italiano GIorgio Colli :
"
El conocimiento es memoria solamente, nunca verdadera inmediatez. Las sensaciones, incluso las impresiones sensoriales y, en general, todo aquello que los filósofos han llamado conocimiento inmediato, no es otra cosa sino recuerdos. Y el tejido entero de la conciencia - es decir, el conocimiento efectivo del ser humano- lo que sentimos, representamos, queremos, nuestra alma o una estrella, es una simple concatenación de recuerdos que se enlazan para constituir el mundo de la representación."
Si hablamos de conocimiento inmediato hablamos de la impresión, en el sentido que le dió Hume justamente para afirmar lo que Colli niega. Hume habla de
impresión para referirse a algo inmediato diferente del término que se utilizaba hasta el momento,
idea, que tiene una referencia más mental. En cierta forma lo que hace Colli es volver a la
idea frente a la
impresión inmediata de Hume y a la negación de que en la misma sensación hay algo mediato. Claro que los dos siglos y pico que han pasado nos permite afinar más con el término
percepción ( que por cierto no utiliza aquí Colli). La percepción remite más a estructura que a la asociación de sensaciones de Hume. pero también sabemos hoy que la percepción es linguística, en el sentido que las significaciones de las palabras, es decir los conceptos, condicionan nuestra percepción. Lo hacen porque clasificamos lo que vemos desde las categorías lingÜísticas y esta operación es simultánea al acto perceptivo, no posterior a él como pretendía Hume al separar
la impresión de l
a idea.Pero podríamos llamar a estas categorías lingüísticas
significaciones imaginarias, como planteaba Castoriadis. Es decir, una red, un tejido de imágenes conectadas entre sí, ligadas a afectos y a impulsos. Este campo imaginario condiciona también nuestra percepción. Y tanto las palabras como las imágenes son
recuerdos, como dice Colli.
El tejido entero de la conciencia es, en parte, como dice Colli esta red de recuerdos. Pero aquí Colli se queda corto y hay que volver al descubrimiento freudiano, que es el inconsciente. Porque esta red es, en parte, consciente, pero también es preconsciente o inconsciente.
El mundo de la representación es entonces todo aquello que proviene de la percepción, presencia física del objeto, y es vuelto a re-presentar, a hacer presente en nuestra mente como imagen. Pero también, como dice Colli, la misma percepción es, en cierta forma representación. Porque lo que está presente en la percepción también lo hace nuevamente en la mente, al ligarse a toda este imaginario lingüístico que lo condiciona. Y que lo condiciona quiere decir que es condición y que no puede darse de otra forma.
Y, curiosamente, todo ello nos podría llevar a una nueva lectura de lo que decía Platón en su teoría de la reminiscencia cuando afirmaba que conocer es recordar.