Escrito por Luis Roca Jusmet
Lo primero que hay que constatar es quienes son los ganadores y quienes son los perdedores de estas elecciones. Ciudadanos y Junts per Catalunya han sido los ganadores. Ciudadanos porque ha aumentado en 12 los escaños y Junts per Catalunya porque ha capitalizado el voto de Junts pel Sí en un contexto en el que las previsiones iban para Esquerra Republicana de Catalunya. Es dificil valorar los resultados de Esquerra Republicana de Catalunya porque aunque no ha adquirido la hegemonía del grupo independentista como quería y esperaba si ha conseguido el mayor númeo de escaños desde las primeras elecciones postfranquistas
Los perdedores han sido la CUP ( que ha perdido la mitad de sus representantes) y el PP, cuya derrota ha sido espectacular, perdiendo casi dos tercios de sus representantes. También Catalunya en Comú ha sido un claro perdedor, no solo porque cuantitativamente ha perdido tres escaños sino porque cualitativamente era el proyecto acabado de lo que fue Catalunya Sí Que Pot. Sería discutible si podemos considerar al Partit Socialista de Catalunya como ganador o perdedor, ya que aunque ha ganado un escaño creo que las condiciones políticas eran idóneas para haber ganado varios más.
Es evidente que estas elecciones, con un altísimo índice de participación ( el 82 %), se formulaban en clave territorial. El bloque secesionista ( JxC, ERC y CUP ) representa el proyecto de una república catalana independendiente saltandose la legalidad española, y el bloque constitucionalista ( Cs, PSC, PP) representa la continuidad en España y el respecto a su legalidad. Es el mal llamdo "bloque del 155" por los primeros, en una expresión totalmente demagógica porque nadie defiende la permanencia del 155, que es el que ha permitido cortar la ofensiva secesionista contra la legalidad constitucional y las propias elecciones. También está claro que es un sistema sin circunscripción única en el que los votos no se corresponden con los escaños.
Los puntos anteriores me parecen indiscutibles ( exceptuando la valoración de los resultados del PSC).
Voy a hacer mi valoración y la voy hacer desde una posición que hago explícita. Me considera un ciudadano de izquierdas que quiere defender la comunidad política definida por un Estado de derecho, que es España. Estado de derecho que debe respetar el pluralismo lingüístico-cultural del Estado pero en un proyecto común. la soberanía, por tanto, corresponde al conjunto de ciudadanos. Ninguna parte del Estado tiene derecho a decidir la secesión. El derecho de autodeterminación debe contemplarse únicamente en colonias o países ocupados, que no es el caso. El Estado de derecho, como ciudadano de izquierdas, debe contemplar no solamente todos los derechos civiles y políticos sino también los derechos sociales y laborales.
Desde esta perspectiva considero que los ciudadanos españoles padecemos las consecuencias del capitalismo depredador, que es un problema mundial, y la corrupción institucional, que como sabemos en mayor o menos intensidad también es un problema global. Pero en Cataluña tenemos un problema añadido
que es el nacionalismo catalán. Un nacionalismo que ha ido creando desde el pujolismo un relato que se ha ido haciendo hegemónico y que podemos resumir en Cataluña contra España. España como Estado opresor políticamente, expoliador económicamente y colonizador culturalmente de una nación llena de virtudes que es Cataluña y que debe emanciparse. Que Jordi Pujol no fuera independentista no quiere decir nada, ya que para él la nación catalana debía ser soberana y defender tácticamente lo que más le beneficiara. Después de todo un recorrido este relato se ha ido enriqueciendo y consolidando y a partir de factores varios, entre los cuales la torpeza del PP, ha cuajado en un movimiento secesionista ofensivo que ha roto abiertamente con la legalidad del Estado de derecho.
El voto a cualquier partido del bloque secesionista me parece nefasto. La CUP es un partido sectario con una retórica maximalista que solo puede llevar a aventurismos suicidas. ERC es un partido nacionalista al que solo le interesa la independencia, que aunque lo niegue es identitario y, por tanto, excluyente y supremacista. Pero Junts per Catalunya es quién recoje realmente, por mucho que lo niegue, la radicalización del proyecto pujolista. El PdCat, alma de JxC, es la continuación de CDC, el partido corrupto y liberal conservador que ha gobernado Cataluña durante décadas. Pero hay que añadirle a esta opción la figura de Puigdemont, que ha sabido finalmente convertirse en líder de un movimiento que tiene bastante de totalitario por su idea de pueblo-nación. Le ha ayudado a desplazar a ERC lo que representa simbólicamente, el apoyo tácito de ANC y la incompetencia de Marta Rovira.
Fuera del secesionismo tenemos en el bloque institucionalista al PP y a Ciudadano ( luego hablaré del PSC 9. El PP es un partido poco atractivo en Cataluña ( quizás solo lo dignificó Joan Piqué) y Xavier García-Albiol ha sido un pésimo candidato. Es grave que el partido que gobierna España haya quedado reducido a poco más del cuatro por ciento de los votos y pierda grupo propio. Ciudadano, que con Inés Arrimadas ha hecho una magnífica campaña, ha recogido todos los votos de los resistentes contra el nacionalismo y de los manifestantes de las manifestaciones de Societat Civil catalana.
Ciudadanos es un partido liberal que tiene historia en Cataluña y militantes y simpatizantes de izquierdas. Le ha votado gente de izquierdas y de derechas con un objetivo común : defenderse de una ofensiva nacionalista que lleva a la secesión y a la exclusión. Ha ganado en las poblaciones urbanas y le ha votado la clase trabajadora. No porque los obreros sean ignorantes o jilipoyas - como piensan los exquisitos "izquierdistas" que simpatizan con el nacionalismo catalán. Lo hacen por instinto de supervivencia. Tampoco porque Inés Arrimadas sea guapa, que es el comentario implícitamente machista y clasista que se esconde en los progres que hacen estos comentarios.
Lo importante ahora es que Ciudadanos sepa potenciar a los sectores socialdemócratas que todavia tiene y que sea considerado con esta clase trabajadora golpeada no solo por el nacionalismo sino sobre todo por el capitalismo depredador.
Voy ha hablar finalmente de aquellos que se reclaman de la izquierda ( a la CUP ya la he excluido, entre otras cosas porque antes es nacionalista y para mí esto es un oximorón con ser de izquierdas). Empecemos por Catalunya en Comú, encabezada por Xavier Doménech, que ganó en las últimas elecciones legislativas. Es un proyecto ambicioso que quiere recoger la tradición de ICV, EUiA, la novedad de Podemos en Cataluña y el prestigio de Ada Colau. Para mí ha fracasado estrepitosamente y las razones son claras. Su pecado es que su práctica le ha llevado a cerrar filas con los líderes secesionistas. No tiene nada que ver, ni por sus candidatos ni por su discurso con las demandas de la clase trabajadora catalana,la mayoría de origen español no catalán, cuya lengua materna es el castellano y que se defiende tanto de las agresiones neoliberales como de las nacionalistas excluyentes. Su voto ha sido básicamente un voto urbano juvenil o de clase media progresista pero impregnada de nacionalismo. Habría que al ala catalanista del PSUC ( de donde surgen ICV y EUiA) y a la deriva nacionalista del grupo que construye Podemos en Cataluña para entender su trayectoria.
Tenemos finalmente al PSC, partido que he apoyado en estas elecciones de una manera activa ( firmando manifiesto y haciendo de apoderado). Voy a sintetizar porque se merece un post entero. El PSC es un partido que nace del catalanismo y que se considera todavía como tal. Esto me parece peligroso y es la razón por la que no milito en el partido. Aunque el PSC se ha depurado de su sector nacionalista y ha neutralizado a la dirigente que se le acerca, Nuria Parlón, continua tenidendo residuos que se manifiestan en el discurso y en las decisiones de Miguel Iceta. Su apuesta por integrar en su candidatura el catalanismo moderado y diferentes comentarios en la campaña lo han puesto de manifiesto. Y la decisión de hacerlo con Ramón Espalader, ex-conseller de CiU en el gobierno de Artur Mas, me ha parecido desafortunado. Porque ha diluido el carácter de izquierdas y, sobre todo, su desmarque del nacionalismo. Josep Borrell hubiera sido el mejor candidato y hubiera recogido muchos votos que han ido a Ciudadanos y a Comuns.
El escenario final es complicado. Hay una mayoría de escaños independentistas pero no mayoría de votos. Las alianzas entre ellos son dificiles y lo que pueden ofrecer también. Que hayan en las listas personas que están en prisión provisional o que sean prófugos, todos pendientes de juicio, lo complica más. Pero solo un cuarenta y siete los ha votado. Que es menos de un treinta y ocho del censo. Respecto a los partidarios del referéndum, en contra del tópico del supuesto ochenta por ciento, serían el el cincuenta y dos por ciento de los votantes y el cuarenta y tres por ciento del censo ( a los independentistas hay que añadir Catalunya en Comú). El bloque constitucionalista representa poco más del cuarenta y cuatro por ciento del voto y del treinta y seis por ciento del censo.
Mi valoración del resultado de las elecciones es negativo. Ganan los secesionistas en escaños y gana, desde el punto de vista ideológico, la derecha ( Ciudadanos y Junts per Catalunya). Lo único bueno es que un partido no nacionalista, Ciudadanos, gane a los partidos no nacionalistas.