Escrito por Luis Roca Jusmet
He decir que después de muchas lecturas de teoría política el filósofo que realmente me ha aportado más en cuanto a la claridad y al rigor del planteamiento es Felipe Martínez Marzoa.
Con él aprendí que es Hobbes quién inicia la teoría política moderna, que es el de la exigencia del Estado de derecho. El Estado de derecho, basado en el contrato social en el que las leyes son universales y garantistas, no es nunca un hecho, es siempre una exigencia. Lo que es un hecho es que el Estado de derecho exista desde el punto de vista del derecho. El Estado debe elaborar unas leyes que garanticen la universalidad, es decir la igualdad de derechos. Lo cual quiere decir que para que el derecho sea posible hay que reconocerselos a todos.No se pueden establecer diferencias entre los ciudadanos. Esta es la base de la democracia moderna, de la república democrática. Aquí Spinoza, Kant y Marx, como ha señalado Marzoa, permitieron una elaboración más precisa de esta idea.
La política es entonces la exigencia de que este Estado de derecho se cumpla. Lo puede hacer el Estado o lo pueden hacer los movimientos sociales cuando el derecho es incompleto o cuando se aplica de manera incompleta. Hay siempre una tensión.
Veamos dos hechos políticos que han pasado en España y que conllevan una tensión entre el derecho y su aplicación. Uno es el hombre que ha ayudado a morir a su mujer, incapacitada por una esclerosis múltiple y que solo deseaba morir. Al margen que hay que comprobar si esto es cierto, que seguramente lo es, hay aquí una exigencia de derecho no contemplado en la legislación española, que es el derecho a una muerte digna, que lo es para todos. Hay una exigencia de contemplarlo porque se considera que el derecho es incompleto.
El otro tiene que ver con el juicio a los políticos y líderes secesionistas que quisieron imponer la independencia. En este caso no es una exigencia del reconocimiento de un derecho sino un acto en contra del Estado de derecho porque va en contra de la universalidad de derechos reconocido en este comunidad política que es España. Una parte se atribuye lo que corresponde a todos : de entrada a todos los catalanes y de salida, que es lo determinante, a todos los españoles.