La extraordinaria difusión del arte de la prudencia en Europa. El “Oráculo manual” de Baltasar Gracián entre los siglos XVII y XX. Marc Fumaroli (traducción de José Ramón Montreal)Editorial Acantatilado, 2019, 178 páginas.
Escrito por Luis Roca Jusmet
A primera vista puede resultar extraño comentar el libro fuera de los círculos especializados en el libro o en la obra de Baltasar Gracián. Pero la impresión es falsa. Lo es porque es un ensayo muy interesante, en el que la obra de Gracián es, en parte, un pretexto para profundizar en un siglo excepcional y punto de partida de la modernidad, el siglo XVII. Y Gracián, por otra parte, siempre vale la pena. El autor del libro en cuestión es Marc Fumaroli (Marsella, 1932), miembro de la Academia francesa, profesor del Collège de France y de La Sorbona de París. Escribe muy bien y su erudición es extraordinara. Hace una década la misma editorial ya publicó un libro del mismo autor, que complementa muy bien al que nos ocupa:
Las abejas y las arañas. La Querella de los Antiguos y los Modernos. El hilo conductor del libro es la gran incidencia que tuvo en Francia (y secundariamente en Europa) la traducción al francés del
Oráculo manual de Baltasar Gracián. Gracián era un jesuita muy singular que publicó el libro en lengua castellana el año 1647. La versión francesa se tituló
L´home de Cour (que quiere decir
El hombre de la Corte), lo cual ya le daba una orientación muy específica, ya que lo que se presentaba en el original como una propuesta de arte de vivir se convierte en algo dedicado exclusivamente a los cortesanos. El traductor, que publicó en 1684, era un tal Amelot, hombre enredado en cuestiones cortesanas, precisamente, y erudito reconocido ampliamente en su país. El contexto político era complejo: la Guerra de los 30 años dominó el escenario europeo. La Inglaterra del siglo XVII sufrió dos revoluciones política : la puritana, liderada por Cronwell, que decapitó al monarca Carlos I, y la whig, que sustituyó al Estuardo católico Jacono II, protegido por Luis XIV, por su yerno Guillermo III, de la Orange calvinista. Hobbes y Locke fueron los teóricos de estos cambios.
Pero también en Francia los desacuerdos de Luis XIV con los jansenitas, que confiaban en la gracia y consideraban, con Pascal, que lo propiamente humano era deleznable. Era el antihumanismo católico, mientras que los jesuitas, en cambio, defendían una forma mundana de vivir bien y estaban dispuestos a formar para el estado monárquico francés el cuerpo de su élite dirigente. El Papa confiaba en los jesuitas para combatir a Lutero y también a Maquiavelo, con una teoría del poder político totalmente separada de la Iglesia. En la Compañía de Jesús española hay dos personajes absolutamente relevantes: uno es Gracián y el otro, por supuesto, San Ignacio de Loyola y sus ejercicios espirituales. Ambos representan el humanismo católico confrontado a protestantes y, dentro de la Iglesia, a jansenitas. En el
Oráculo manual Gracián quiere compaginar una moral laica en la línea de Montaigne con la fe católica. Esta moral laica potencia una virtud o prudencia para sacar a los sabios de las ciénagas de la vida moderna. La España imperial de Felipe IV, por otra parte, está en proceso de decadencia, por la alianza de la Europa protestante con Francia. En todo caso vale la pena recordar la importancia de este libro de Baltasar Gracián y la influencia que ha tenido, como recoge el libro, hasta el siglo XX. Únicamente en el siglo XVIII tuvo un período de latencia por las ideas románticas y revolucionarias. En el siglo XIX despertó el entusiasmo de Schopenhauer y de vanguardistas del siglo XX como los escritores André Gide y Paul Valery y, ya en la segunda mitad del siglo, el psicoanalista Jacques Lacan o el situacionista Guy Debord. Todos lo leyeron a través de la traducción de Amelot: L´home de Cour. El libro es interesante, me parece, para un público amplio. Tanto a los interesados por Gracián como a los interesados por el debate ideológico del S.XVII.