Escrito por Luis Roca Jusmet
El año 1996 François Ewald le hace una entrevista muy interesante a Pierre Hadot, centrada en el concepto de "souci", que como sabemos popularizó Michel Foucault en su segundo volumen de su "Historia de la sexualidad", a la que precisamente denominó así y se tradujo como "inquietud de sí".
Hadot empieza citando a Martin Heidegger, que señala la ambigüedad del término: inquietud, preocupación, cuidado...Pero luego vuelve a su propia genealogía desde los griegos. En Hesído el término griego si significa precoupación, inquietud, delante de determinados acontecimientos importantes. Pero en Sócrates adquiere el sentido de preocupación por uno mismo y por los otros. Pero una precoupación que significa ir a las cuestiones esenciales, a lo que realmente nos importa. Preocupación no en el sentido de inquietud sino de atención. El diálogo es entonces este abrirse a lo propio y a lo común, a lo universal, a lo racional. En Platón continua este planteamiento, siempre ligado a la Polis.
Con el epicureismo y el estoicismo la inquietud de sí se plantea como lo que debe eliminar la filosofía como terapia del alma, para conducirla a este estado de tranquilidad que ambos defienden. Aunque, desde luego, desde ópticas diferentes. El estoicismo ( igual que el platonismo y el neoplatonismo) ligado a algún tipo de trascendencia y el epicureismo de una manera inmanente.
Todo ello ligado a lo que Pierre Hadot llama los "ejercicios espirituales" necesarios para este trabajo de sí. Puntualmente incide como en el marco del medievo estos ejercicios espirituales se transforman al servicio de la vida monástica propuesta por el cristianismo.
Finalmente llegaríamos a planteamientos de Kant en el que esta inquietud de sí vuelve a conducir a la universalidad de los principios y del deber. Más tarde Goethe volverá a los antiguos para proponer la atención en el presente para huir de la inquietud que genera el pasado o el futuro. Para Nietzsche será la afirmación, el sí a la vida.
La reflexión sobre "la inquietud de sí" en el último Foucault cierra la entrevista. Para Foucault la inquietud de sí es la base de la práctica de la libertad, del sujeto ético que se autoconstruye. Hadot se desmarca de este planteamiento de la estética de la existencia, de hacer de la vida una obra de arte como propone Foucault. Hadot entiende que esta propuesta está muy cerca de la psicología humanista norteamericana de la autorrealización. Le parece bien como una interpelación a la respondabilidad de cada cual pero ve el camino en abrirse a la universalidad, como proponían los antiguos, y no en centrarse en la singularidad, como plantea Foucault.