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En Cleveland no odiaban el azul (Fuente: Gender Mystique). |
Flamencos sorprendidos después de saber que el rosa es el color favorito de menos del 5% de las mujeres. |
Para hacer una analogía, imagina que has entrenado a un robot zombi para que cruce un lago en un velero, y en el otro hay tres embarcaderos, A, B o C, y el viento cambia constantemente. En este caso, el viento jugaría el papel de las influencias no computables, y los virajes y golpes de timón del velero serían los procesos algorítmicos deterministas para cuya ejecución se ha programado al robot zombi. Pero cada viraje estaría sometido a esa influencia no computable, de manera que el resultado – el puerto A, B o C en que atraca el velero – sería consecuencia de ambas influencias. Pienso que la experiencia de llevar a cabo este proceso determinista junto con esta influencia no computable es lo que llamamos libre albedrío. Por lo tanto, en ocasiones, hacemos cosas que son más o menos inesperadas incluso para nosotros mismos.
No es esta la primera vez que jugamos con el tiempo: hace un par de años ya aludíamos a cinco tópicos que se han colado en nuestro lenguaje cotidiano, muchos de ellos convertidos en coletillas recurrentes. Retomamos hoy el tema añadiendo otras cinco expresiones que de alguna forma nos ayudan a comprender lo incomprensible: el tiempo.
La Organización no Gubernamental Entreculturas ha publicado el informe Inclusión y equidad. Una educación que multiplica oportunidades. Con los datos de esta investigación, que ha contado con el apoyo de Casa de América, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y la Campaña del Milenio de Naciones Unidas, Entreculturas fundamenta su defensa de una educación inclusiva que se adapte a las necesidades de cada alumno.
Según este informe, se estima que actualmente en el mundo alrededor de 250 millones de niños y niñas -más de un tercio de los niños y niñas en edad escolar- no saben leer, escribir y realizar operaciones aritméticas básicas como sumar, restar o multiplicar. Además, unos 175 millones de jóvenes de países con ingresos medios o bajos no han adquirido una competencia lectora que les permita autonomía plena en la comprensión de textos escritos.
Uno de los motivos principales es que 58 millones de niños y niñas no asisten a clase, y una cantidad no estimada abandona la escuela sin ni siquiera haber completado la formación Primaria. Esta falta de asistencia tiene su origen en diversas situaciones, todas ellas asociadas o acentuadas por la pobreza, tales como la pertenencia a minorías étnicas o lingüísticas, a países en guerra o a poblaciones que viven en zonas rurales remotas y mal comunicadas o en campos de refugiados.
Por otra parte, para los niños con alguna discapacidad o enfermedad es especialmente difícil el acceso a una enseñanza que se adecúe a sus necesidades y, en general, las niñas y las jóvenes sufren discriminación por considerarse que su formación es socialmente menos importante que la de los chicos y jóvenes de sus mismas comunidades.
Incluso en el caso de que estos chicos complenten su enseñanza, la educación que reciben carece de la calidad necesaria para que se incorporen a la sociedad en igualdad de oportunidades y puedar así salir de su círculo de pobreza y exclusión.
En el estudio se destacan situaciones especialmente alarmantes como las siguientes:
Aún teniendo en cuenta la gran diferencia económica con respecto a otros lugares del mundo, el informe destaca también la situación educativa española, en la que es preocupante la existencia de un 25% de fracaso escolar.
Ante esta situación, Entreculturas plantea la necesidad de “promover una educación inclusiva” que contribuya a crear “un modelo social más equitativo” que entienda la educación como un bien común y no como un privilegio del que disfrutan solo algunos grupos.
El educador inclusivo
El informe dedica un apartado especial a la figura del educador inclusivo, pieza clave en la implantación de un modelo de educación inclusiva. Lo define como “un profesional reflexivo que se sensibiliza ante las diferencias de sus educandos, valorándolas como una riqueza” y como “aquel que se compromete vitalmente” de forma muy vocacional.
De la mano de este tipo de educadores, Entreculturas presente tres experiencias de éxito que iluminan el sombrío panorama educativo del mundo: