Hay algo que me intriga en los multidisciplinarios, es decir, en los defensores de la multidisciplinareidad como forma de vida: aseguran que en la vida corriente nunca se nos presentan problemas de matemáticas, lengua, física, geografía, historia, etc, sino problemas multidisciplinares. De ahí deducen que hay que eliminar las asignaturas de los centros de enseñanza y sustituirlas por estudios de casos o metodologías similares.
Yo, por supuesto, creo que los multidisciplinarios son gente honesta y que lo que les pasa a ellos es que sólo tienen problemas complejos en los que andan enredadas varias disciplinas. Debe ser una vida la suya quizás apasionante, pero agotadora. No puedo ni imaginarme lo complicado que ha de ser para ellos apretar un interruptor para iluminar un cuarto, o llenar un vaso de agua o comprar una entrada de cine.
En mi humilde existencia, he de reconocer que lo frecuente es lo contrario. A lo que tengo que hacer frente habitualmente es a problemas lingüísticos, matemáticos, geográficos, etc. Y para resolverlos necesito tener conocimientos de lengua, matemáticas, geografía, etc. Debe de ser una vida muy lineal la mía, pero me resulta bastante más cómodo que los problemas se me presenten de uno en uno que en avalancha..
No es que a veces los problemas no se me presenten intrincados. Cuando quiero comprarme un coche, he de pensar en varias cuestiones, que van desde la economía a la mecánica, pero aún en este caso tiendo a ir dándoles respuesta de una en una a partir de mis conocimientos de economía, mecánica, etc.