22423 temas (22231 sin leer) en 44 canales
Pocas veces en el Derecho hay una omisión tan activa en la protección de la impunidad. El más tupido velo de ignorancia cubre las actuaciones del CNI: los ciudadanos/as no conocen absolutamente nada y el magistrado autorizante tampoco. Una laguna jurídica deja libres e impunes las manos del CNI en sus investigaciones, que pueden vulnerar los derechos fundamentales de las personas. El fiel de la balanza entre seguridad estatal y derechos fundamentales se desliza a favor de la primera. No algo o mucho, sino todo.
Concluyendo, las personas están plenamente desprotegidas ante las actuaciones del CNI en pro de la seguridad del Estado por dos razones: a) la aplicación de los límites de la seguridad -razonabilidad, necesidad, temporalidad y proporcionalidad- no es cognoscible y por lo tanto no susceptible de recursos, y b) el control de las actuaciones del CNI es muy limitado, ya que el juez dispensador de una autorización previa no vigila ni verifica el proceso y los resultados de las acciones que autoriza.
Pegasus en manos de un CNI oscurantista, impune e irresponsable acrecienta la inseguridad de las personas por causa de una seguridad del Estado libre de control. Es un mutante "todo-terreno", ya que puede mutar en sus objetivos al servicio de los propósitos de sus poseedores. En vez de dirigirse contra el terrorismo y el crimen organizado -su finalidad según sus creadores- puede enfilar rumbo contra disidentes, adversarios políticos, periodistas críticos, etc. Los medios señalan su aplicación contra críticos y disidentes en Marruecos, Arabia Saudí, México, Hungría, etc. En España Pegasus sirve a los intereses de unos y sus contrarios: igual vigila al Gobierno que a sus críticos. Nadie se cree ya los límites y honestos objetivos de Pegasus. Éste se ha convertido en un monstruo que amparado bajo el paraguas de Gobiernos, organizaciones y cloacas es capaz de provocar un daño inimaginable e irreversible en la estabilidad política, las instituciones y los derechos de las personas. Es un nuevo Panóptico que todo lo ve sin ser visto (que Bentham nunca hubiera imaginado). Lenin se hizo una pregunta, título de un escrito suyo, en un momento de inflexión de la revolución bolchevique, y que yo retomo: ¿Qué hacer? Nosotros también nos encontramos ante una revolución intensa y planetaria: la de nuestra precaria defensa ante la rebelión de las tecnologías que nosotros mismos hemos creado. ¿Qué hacer en estos momentos de inflexión cuando el que "ve sin ser visto" ha penetrado en nuestra biografía y se ha convertido en el nuevo señor de nuestras vidas?
Ramón Soriano,
Pegasus, seguridad del estado y derechos de la persona, publico.es 05/05/2022
Hemos de acostumbrarnos a vivir sin saber del todo si tenemos la suficiente información para tomar las decisiones que tomamos. Toda decisión es prematura. Solo los indecisos disfrutan del privilegio de decidir con toda la información necesaria.
Una buena decisión no es aquella que ha sido precedida por razones abrumadoras, sino la que ha sido tomada ponderando las limitadas razones de las que disponemos.
Pagaría lo que fuera por que alguien me dijera qué es lo que no necesito saber.
Es tan sospechoso aquello que nos da la razón fácilmente como aquello que nos la confirma con igual facilidad.
El desconocimiento que conocemos no es tan difícil de gestionar como el desconocimiento que desconocemos. En determinados momentos, la complejidad de la situación consiste en que no sabemos lo que no sabemos, pero tampoco si entre lo que no sabemos se encuentra lo verdaderamente importante.
Esther Peñas, entrevista a Daniel Innerarity: "Hay que aprender a vivir sin saber si tenemos la suficiente información para hacerlo", ethic 04/05/2022
El Discurso de la servidumbre parte de una sorpresa filosófica: el estado de servidumbre; "cómo pueden tantos hombres, tantos pueblos, tantas ciudades, tantas naciones soportar a veces a un solo tirano ...". El único poder del tirano lo obtiene de sus súbditos. Y esta fuente de preguntas se desdobla cuando nos percatamos de que la naturaleza humana es la libertad: "la libertad es natural". Así pues, existe una contradicción sorprendente entre la condición humana, que está en estado de servidumbre, y la naturaleza humana, que es el estado de libertad. Precisamente a desvelar este misterio de la dominación es a lo que se aplica La Boètie, y lo hace desde un punto de vista revolucionario. La perspectiva clásica explica la dominación centrándose en los amos activos, que manipulan a sus esclavos pasivos mediante una batería de instrumentos: el aislamiento de los individuos, el silencio, la corrupción y el aturdimiento, una falsa idea del deber religioso y, en caso de última necesidad, la fuerza armada (Lamennais). La revolución de La Boètie (...) consiste en desplazar sensiblemente estos dos polos: los esclavos pasan a ser activos y participan en dicha dominación. Ante la estafa de los poderosos que engañan a los esclavos, La Boètie sustituye el autoengaño de los esclavos: "es el pueblo el que se avasalla a sí mismo, el que se rebana el cuello".
Manuel Cervera-Marzal, De la autoemancipación, La Maleta de Portbou, Enero-Febrero 2016, nº 33
Tres días intensos en un Madrid radiante, haciendo de editor, de conferenciante, de amigo, de entrevistado y de invitado. Y, además en el Paseo de Recoletos, la feria del libro viejo. O sea, un festín. Lo peor, la vuelta en el AVLO. Tenía en el asiento de mi derecha, en el lado de la ventanilla, un joven con tanto sobrepeso que no podía impedir que la mitad de su humanidad se desparramara sobre mí. Iba yo encogido y orillado, al borde del pasillo, hasta que me he atrevido a pedirle al revisor, discretamente, un cambio de asiento. No le echo la culpa a mi vecino, sino a RENFE que debiera prever situaciones como esta.
Madrid, luminoso, cálido, cordial, primaveral. Nada más poner los pies en Atocha comenzó la vorágine. Todo debiera haber comenzado con la presentación de "El poder", de Pedro Baños, en el espacio Betelsmann, pero tuvo que suspenderse por enfermedad del autor. Eso me permitió adelantar mi encuentro con varios periodistas y amigos. Y gastarme un dineral en libros.
A la mañana siguiente tenía, a primera hora, una entrevista en la radio y, a partir de aquí, un no parar. Encuentros con amigos, comida con el director de un medio con el que comenzaré a colaborar pronto, participación en el Primer encuentro iberoamericano de profesores de religión, en concreto, en una "conversación de filósofos" con Carmen Pellicer, J.M. Torralba y Miguel García-Baró (moderados por Jordi Cabanes). Por la noche, cena en casa de Diotima, con Diego S. Garrocho, Juan Claudio de Ramón y Victoria Carvajal. ¡Cuánto aprendí!
Pero lo más importante, desde un punto de vista estrictamente profesional, es que parece que hemos conseguido pergueñar un nuevo libro con un importante autor que nos ayudará a definir bien lo que queremos ser en Rosamerón.
En la vuelta me encontré con mi mujer en la estación de Sants. Comimos juntos y nos despedimos. Ella iba para Pamplona y yo volví a nuestra casa, vacía.
“Ojo al dato”, decía con frecuencia José María García. El que fuera rey absoluto de la radio deportiva era un visionario involuntario: en el s. XXI hay que estar muy atento a los datos, porque los datos son la materia prima del nuevo capitalismo. Los datos, de hecho, ya estaban ahí, solo había que echarles el ojo. Es decir, medirlos.
Donde usted ve ir de compras, hay otros que ven datos. Donde usted ve ir de viaje, hay otros que ven datos. Donde usted ve escuchar música, otros ven datos. Donde usted ve la vida, hay otros que ven una montaña de datos que pueden tratarse para convertirse en conocimiento. Y el conocimiento es poder. En nuestra vida cotidiana vamos dejando un reguero de datos igual que la víctima de un apuñalamiento va dejando un reguero de sangre. Y las grandes empresas de nuestra época tienen las manos manchadas de datos, igual que Lady MacBeth las tenía de sangre.
“Al igual que el petróleo, los datos son un material que se extrae, se refina y se usa de diferentes maneras. Mientras más datos tiene uno, más usos les puede dar”, escribe el aceleracionista Nick Srnicek en Capitalismo de plataformas (Caja negra). Las empresas de finales del s. XX no echaban el ojo al dato más allá de ciertos sectores (como en la logística), pero en el s. XXI recolectar datos de forma masiva se hizo cada vez más fácil y barato, y los datos se convirtieron en la gasolina del capitalismo crepuscular. Los sensores proliferan por doquier, las paredes tienen oídos, y al mirar el mundo a través de los sensores, el mundo se pixela en datos antes que en átomos.
“Las plataformas llevan en su ADN la extracción de datos”, escribe Srnicek, “son un modelo que permite que otros servicios, bienes y tecnologías se construyan sobre las plataformas, que demanda más usuarios para obtener más efectos de red y que simplifica el almacenamiento y el registro”. Las plataformas son Google y Facebook, que con nuestros datos venden publicidad personalizada. O Uber y Rolls Royce, que mediante los datos mejoran los servicios y superan a la competencia. Amazon Web Services y Predix, que disponen de las infraestructuras para recolectar, almacenar y analizar los datos. La industria 4.0 utiliza los datos para mejorar la producción y controlar a los trabajadores. No son pocos los casos en los que las plataformas han precarizado el trabajo y llegado a nuevas cotas de inseguridad y explotación, una explotación que colabora en sus grandes beneficios y el gran malestar social creado alrededor.
Generamos datos simplemente llevando nuestro smartphone encima, pagando con tarjeta o interaccionando en las redes sociales, y ya que hay tecnología dispuesta a medir esos datos. Simplemente viviendo, mediante dispositivos biométricos, podemos generar datos: nuestra respiración, nuestra temperatura, nuestro pulso. El corazón, con su latir, es una fuente de datos: la vida es un conjunto de datos. El algoritmo que procesa los datos puede conocernos mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos y puede predecir las cosas que vamos a hacer antes de que nosotros mismos sepamos que vamos a hacerlas.
En el nuevo paradigma el universo está formado por datos, y hay muchas plataformas (la forma de empresa contemporánea que ordeña y explota datos) dispuestas a recolectarlos, refinarlos y utilizarlos. El Internet de las Cosas que se nos viene encima, que sensorizará y conectará desde la nevera hasta cepillo de dientes, pasando por la tostadora o la camiseta, es la condición para que las plataformas consigan todavía más datos y puedan hacer crecer su negocio. Hasta la cocina: seremos sacrificados como corderos abiertos en canal sobre el altar del Dios de los Datos.
Sergio C. Fanjul, Adorar al dato como adorar a Dios, Retina
La obra de Maturana se centra en un término que acuñó combinando dos palabras del griego: "auto" (a sí mismo) y "poiesis" (creación).
"Los seres vivos somos sistemas autopoiéticos moleculares, o sea, sistemas moleculares que nos producimos a nosotros mismos, y la realización de esa producción de sí mismo como sistemas moleculares constituye el vivir", afirmó el biólogo.
Según su teoría, todo ser vivo es un sistema cerrado que está continuamente creándose a sí mismo y, por lo tanto, reparándose, manteniéndose y modificándose.
El ejemplo más simple quizás sea el de una herida que sana.
La prestigiosa Enciclopedia Británica, que enlista a la autopoiesis como una de las seis grandes definiciones científicas de vida, explica: "A diferencia de las máquinas, cuyas funciones gobernantes son insertadas por diseñadores humanos, los organismos se gobiernan a sí mismos".
"Los seres vivos -agrega- mantienen su forma mediante el continuo intercambio y flujo de componentes químicos", los cuales son creados por el propio sistema.
Pero Maturana y Varela no solo respondieron qué es la vida, sino también qué es la muerte.
La autopoiesis, dijo Maturana a BBC Mundo, "tiene que estar ocurriendo continuamente, porque cuando se detiene, morimos".
Ana Pais, La autopoiesis de Humberto Maturana, la definición de vida del biólogo chileno que hizo reflexionar hasta el dalái lama, bbc.com 23/01/2019
¿Qué se aprende, por ejemplo, cuando se impone una exigencia cabalmente ética es decir no reductible a conveniencia? ¿Es la disposición ética el resultado de un proceso análogo al que lleva al conocimiento técnico, o se trata de una disposición irreductible del espíritu humano que en ciertos aspectos entraría incluso en contradicción con las leyes evolutivas. Sin espacio aquí más que para evocar el asunto, señalaré que el biólogo y filósofo T.H. Huxley (1825-1895) considerado algo así como el abogado defensor de la ortodoxia darwiniana, en su libro Evolution and ethics (publicado en 1894) sorprendió a muchos de sus seguidores presentando la disposición ética de los humanos como una suerte de superación de lo inmediatamente dispuesto por la naturaleza. En la hipótesis (no por todos compartida) de que la moralidad es un rasgo propio de la especificidad humana, la concepción de Huxley vendría a suponer que no se trata de un refinado momento al que se habría llegado a través de la continuidad evolutiva, sino una ruptura con esta. El darwinismo dejaría de ser operativo cuando nos introducimos en el universo de la ética Caricaturizando un tanto, tal posición equivaldría a sostener que, de seguir la pauta estrictamente evolutiva careceríamos del mínimo bagaje de altruismo. Altruismo sin el cual, sin embargo, no es concebible la sociedad humana.
Siguiendo la vía abierta por Huxley, otros estudiosos han radicalizado la posición considerando que la emergencia de un sentimiento ético es algo más que una ruptura de continuidad en la evolución. Se trataría de una auténtica contradicción, en la que la economía natural se negaría a sí misma. En suma: el darwinismo dejaría de ser operativo cuando nos sumergimos en el universo de la ética.
Víctor Gómez Pin, Máquinas inteligentes: el escollo del pensamiento ético, El Boomeran(g) 06/05/2022
Aquesta novel·la breu de Gabriel García Márquez es va publicar per primer cop el 1981 i és possiblement la seva obra més reeixida de tots els temps. Continua essent la meva preferida de totes. És el relat de l'assassinat del protagonista, Santiago Nasar, per part d'una família veïna, i com aquest crim impacta tota la comunitat que l'observa passivament fins al punt d'acabar determinant la resta de les seves vides. Després de les celebracions de la boda més fastuosa que es recorda en tota la contrada i durant la nit de noces, el nuvi, Bayardo San Román, torna la núvia, Ángela Vicario, a casa seva en descobrir que no és verge. Els germans d'Ángela, els bessons Pedro i Pablo, es determinen aquella mateixa nit a matar Santiago Nasar, un veí adinerat, que Ángela ha assenyalat com a responsable. La novel·la obre, amb el seu arxiconegut primer paràgraf, anunciant l'assassinat que tindrà lloc, i la resta del relat és la crònica que en fa el narrador, des de la distància dels anys, per provar-ne d'esclarir les circumstàncies i la seqüència dels fets.
Així doncs, el relat va desgranant a un ritme lent i descriptiu les vicissituds de les famílies del poble i les seves relacions entre ells, així com tots els fets previs i posteriors al crim. A mesura que van avançant els capítols, però, el ritme narratiu es va accelerant, combinant diferents punts de vista simultanis, fins a portar-nos al seu anguniós desenllaç. A través d'aquesta combinació entre un to aparentment fred i periodístic i els detalls fantasiosos i màgics de la trama, els suposats prodigis que anuncien la violència que vindrà, se'ns va transmetent un sentit de fatalitat que recorre el text sencer: el relat també desgrana les mil i una maneres en què l'assassinat es podria haver evitat. D'una banda hi ha les casualitats més fortuïtes, com el fet d'haver quedat una porta oberta o tancada, per exemple; d'altra banda hi ha la complicitat de la comunitat sencera, que comparteix la intenció d'assassinar, en tant que tothom és partícip de l'amenaça de violència per al protagonista però quasi ningú mou un dit per aturar-la en aquell moment. És per això que el text també s'entreté a recollir els testimonis de la gent del poble amb la distància dels anys que els separen dels fets, en què tothom al·lega no haver cregut les amenaces o no haver-hi donat importància, mentre que els intents de prevenir Santiago i intentar salvar-lo queden més aviat en l'anonimat o en el misteri.
El text queda recorregut, per tant, per una aura de crim col·lectiu i expiació col·lectiva posterior, en què els autors materials de l'assassinat són només peons d'un ordre més alt que subjecta tots els individus a la seva lògica inexorable. Un dels grans arguments a favor de la culpabilitat col·lectiva és l'actitud dels assassins, que escenifiquen la seva intencionalitat amb tota la grandesa possible amb la secreta esperança, com el narrador corrobora anys després, que algú els aturi abans d'haver d'arribar al compliment de l'amenaça. Aquest statu quo implacable que sembla menjar-se tots els personatges és una jerarquia de relacions de domini i submissió que s'identifica amb els valors d'una societat patriarcal i conservadora: els matrimonis concertats són la norma dins del poble, i les dones són moneda de canvi en les transaccions econòmiques dels homes adinerats, poc més que objectes sexuals que poden ser cedits, intercanviats o posseïts en funció d'aquestes relacions de poder prèviament delimitades, mentre que les famílies més humils s'han de sotmetre per força a aquesta necessitat per poder sobreviure. La visita del bisbe al poble, que acaba beneint displicentment els seus habitants sense baixar del vaixell de vapor, es dibuixa com a rerefons de la fatalitat del crim, i esdevé emblema també d'aquest sistema despietat que sotmet els individus a les seves normes internes amb total indiferència. Aquesta indiferència essencial de qui té el poder també queda reflectida en el paper de les autoritats del poble, l'alcalde, el mossèn, i el comissari de policia, que amb la seva inacció no fan sinó agreujar la vexació de què és objecte la víctima innocent.
Ara bé, hi ha matisos a l'hora de presentar aquest univers tancat de relacions de poder. Tant Bayardo San Román com Santiago Nasar són rics, i aquest fet els singularitza i els distancia de la resta de la comunitat, que els observa amb recel i interès a parts iguals. San Román compra la família sencera d'Ángela, fins i tot el poble sencer, amb el seu infinit poder adquisitiu: no hi ha cap preu que sigui inassumible, i així és com pot acomplir sempre la seva voluntat sense ser mai contrariat. De fet, el conflicte de la novel·la es desencadena precisament per l'únic detall que s'escapa del seu control: la llibertat de la seva promesa, que decideix jugar les seves cartes en els seus propis termes fins i tot quan sap que hi té les de perdre. D'altra banda, sembla que queda força provat que Santiago Nasar és una víctima innocent del crim pel qual se l'acusa, però per a la comunitat també és una mena de boc expiatori: la seva fortuna el posa al mateix nivell que els poderosos, mentre que la seva condició de mestís provoca els recels del poble, per a qui la comunitat àrab representa un grup totalment segregat. Per tant, és una víctima innocent en l'"assumpte d'honor" que ocupa l'argument de la història, però el seu privilegi i l'ostentació que en fa al llarg de la seva curta vida també el situen en una àrea d'ambigüitat moral. Gran part de la fatalitat rau en l'animadversió que li té la cuinera de la família, Victoria Guzmán, una dona negra que havia patit l'abús del pare de Santiago i que veu com el jove es converteix en el predador sexual de la seva filla adolescent. En aquest sentit, l'abús als membres del servei es considera un dret inqüestionable del senyor de la casa que ningú s'esforça ni tan sols a posar en dubte.
Així doncs, Márquez ens presenta un entramat molt complex de relacions socials, que acaben eclosionant en aquest crim anunciat davant de tothom però que ningú impedeix de forma efectiva. La cura de l'autor a descriure els personatges psicològicament i a donar-los motivacions complexes i creïbles en el seu context social fan de la lectura una experiència molt agraïda, en tant que es fa difícil acabar determinant bons i dolents en aquest univers d'interessos i passions que mouen tots els personatges. L'honor invocat pels assassins apunta a un codi de conducta acceptat socialment i sancionat per tradició, que va més enllà fins i tot de la llei o de la consciència privada, i que es viu, com en una tragèdia, amb aquest sentit d'inevitabilitat última. L'única veu discordant en el conjunt és Luisa Santiaga, la mare del narrador, que és qui observa la tragèdia amb un sentit comú totalment abassegador i apel·la a una empatia que es posiciona a favor de les víctimes, tant Santiago com Ángela. El narrador acaba recollint el testimoni de la seva mare en la seva crida a "estar de part del mort" i a donar-li veu. Tanmateix, ens trobem davant d'una tragèdia completa en tant que no serveix de res ser la veu de la consciència si no hi ha ningú a l'altra banda disposat a escoltar-la.
Sinopsi: En un poble petit del Carib colombià, el narrador fa una crònica dels esdeveniments que van portar a l'assassinat d'un jove adinerat, Santiago Nasar, així com de les conseqüències que els fets van tenir posteriorment per a tots els implicats.
M'agrada: L'enorme capacitat d'empatia de Márquez cap als seus personatges, fins i tot els més secundaris.
Este artículo fue originalmente publicado por el autor en la revista Ex +
La expresión «carpe diem» recoge un antiquísimo motivo literario y filosófico: el de vivir con plenitud el presente antes de que se lo lleve el tiempo. Una idea de lo más vulgar, pero que ha inspirado a poetas hedonistas, filósofos románticos y místicos de todas las épocas, y que hoy es un tópico recurrente de la cultura popular, la publicidad y las «parasofías» en boga (el mindfulness, la meditación…). Sea como fuere, la idea es una estafa.
Lo es, en primer lugar, porque es mentira. La intensidad o plenitud de una vivencia no depende de lo que material y fugazmente ocurra en ella, sino de la red de significados desde la que la interpretamos, otorgándole valor y sentido. Una red que no tiene que ver con el presente, sino con la cultura, la historia y las creencias y expectativas personales. Las sensaciones superlativas (una comida exquisita, la delectación ante un cuadro, un beso de película…) no son «instantes eternos» por lo que ocurra en ellos, sino por las creencias que les asociamos (el valor gastronómico de ciertos alimentos, el aura de prestigio que rodea al arte, los mitos románticos sobre lo que significa dar un beso…).
Si algo nos encandila o emociona no es, en fin, por su dimensión presente, sino por su pasado y su futuro, por lo que nos recuerda y lo que nos hace proyectar. Concentrarse en el ahora no es el clímax de la experiencia, sino acercarse a la forma de vivir, estrecha y seminconsciente, de los animales. Sirve, a lo sumo, para tomarse un respiro. O para adaptarse mejor a esas nuevas formas de esclavismo que son el vivir a salto de mata y el matar toda vitalidad a golpe de clics, gags, chats, zascas, instagrams, tiktoks y el resto de las marcas registradas del vive-el-instante. Pero para nada más.
Olvídense, pues, del carpe diem, de esa muerte en vida que es entregarse-al-presente. Una existencia consciente y humana está hecha de historia y de sueños, de la narración de lo que fuimos y del compromiso con lo que hemos de ser. Lo demás, ese «gozo momentáneo» que nos vende la industria política del aturdimiento, no es más que humo, nada, una colección de sandeces. Medítenlo. Pero de verdad: llenando (y no vaciando) la mente de ideas.
El gresol, obra teatral del dramaturg estatunidenc Arthur Miller (1915-2005), es va estrenar a Nova York l'any 1953 i va suposar una resposta irada i combativa a la persecució política que el govern i el congrés dels Estats Units estaven duent a terme contra tots els individus i associacions sospitosos d'"activitats antiamericanes", un eufemisme utilitzat per referir-se als simpatitzants del comunisme i, més en general, a les ideologies d'esquerres. L'elecció de l'episodi històric de les caceres de bruixes a Salem, Massachussetts a finals del segle disset queda fermament associada a aquest context de persecució política en el present de l'obra: igual que havia passat amb els innocents condemnats i executats per acusacions falses de bruixeria, el que el govern dels Estats Units estava portant a la pràctica era una repressió ideològica brutal contra els seus propis ciutadans per, suposadament, protegir la comunitat d'aquesta amenaça interna.
És per això que l'autor fa una revisió dels fets històrics documentats, i en presenta una versió ficcionalitzada que, més que en els aspectes culturals o contextuals de la societat a les colònies britàniques del segle disset, se centra més aviat en el dilema intern dels acusats i la seva actitud personal davant la injustícia que pateixen. La seva possibilitat de salvar la vida passa per acceptar una confessió de culpabilitat, mentre que el mer fet de mantenir la seva innocència i denunciar la falsedat de les acusacions els fa culpables als ulls d'un tribunal que ja té la decisió presa d'entrada. Aquest accent en el conflicte intern de l'individu s'aconsegueix a través d'un conflicte passional, totalment inventat per Miller i sense base històrica, que fa del granger John Proctor el gran protagonista i heroi tràgic de la història, i que acaba esclatant a la llum de les acusacions de bruixeria. Proctor ha tingut una aventura amb una de les principals acusadores del cas, l'adolescent Abigail Williams. Ell ha trencat la relació per tornar amb la seva dona, l'Elizabeth, però l'Abigail encara n'està enamorada i acusa l'Elizabeth públicament de tenir tractes amb el diable per treure-la del mig i així tenir el camí lliure per casar-se amb Proctor. És el recurs que utilitza Miller per fer de Proctor un heroi tràgic i complet, en tant que el seu afer amb l'Abigail, així com la seva pressa per passar pàgina, posen de manifest la seva feblesa de caràcter i la seva imperfecció moral, de forma que l'única manera que té de salvar-se és exposant la seva imatge a l'avergonyiment públic de reconèixer l'adulteri obertament.
Així és com Miller ens ofereix una recreació d'aquesta persecució històrica, a un ritme trepidant, i donant als seus nombrosos personatges una profunditat psicològica força completa en un text tan concís. Tots ells arriben al cas amb els seus interessos i les seves preconcepcions, però a través de l'obra hi ha marge per als matisos, les vacil·lacions i els canvis d'opinió. És així com el reverend Parris és retratat com un fanàtic, però progressivament es va veient afeblit en la seva posició pública, i revela la seva hipocresia gradualment quan es comença a preocupar més per la seva imatge social i els conflictes de propietat que per la suposada legitimitat de les acusacions. Un altre exemple és el reverend Hale, que és la veu de la raó que suposadament ha de legitimar els procediments judicials amb el seu bon seny, però que progressivament es va veient incapaç d'actuar per defensar els acusats, tot i convençut cada cop més de la seva innocència. El mateix passa amb en John Proctor, que va explorant diverses possibilitats d'acció per defensar la seva dona de l'acusació, mentre veu com la seva imatge pública també es pot veure compromesa pel camí. Així doncs, el ritme de l'obra es basa en l'acumulació de tensió, sospites i acusacions dintre del poble i l'obertura de possibilitats de salvació i negociació cap al futur, per acabar sempre en un esclat de violència sobtat i impactant al final de cada acte. El misteri del desenllaç consisteix, precisament, a saber si Proctor acabarà renunciant a la veritat i als seus ideals per salvar la seva vida o es mantindrà ferm en la seva innocència.
Tret d'aquest canvi de punt de vista, la resta de la història és força fidel als fets documentats. El primer acte, en especial, fa molt per oferir-nos els antecedents dels personatges i posar-nos en context del tipus de societat, fanatitzada i paranoica, que va engegar els procediments per bruixeria. Hi ajuden tota una sèrie d'acotacions per part de Miller, cada cop que entra un personatge nou, que ens posen en context sobre els fets històrics al voltant d'aquell personatge, i que es llegeixen realment més com a assaig històric que no pas com a ajuda per al text dramàtic. Les primeres acusacions de la colla de nenes i els primers arravataments demoníacs tenen lloc a casa del reverend Parris, i van dirigits principalment contra l'esclava barbadiana Tituba, tot i que aquesta només té un paper molt secundari en l'obra. De la mateixa manera, els diàlegs dedicats a les confessions, els procediments del tribunal i els interrogatoris als acusats són força fidels als arxius històrics, així com el desenllaç dels acusats que seran executats finalment, sempre fora d'escena. El text també s'esforça a retratar amb claredat els conflictes comercials i de propietat que hi ha entre tots els implicats en el cas, i que fan evidents els interessos personals i materials que tenen els acusadors a l'hora de prendre mesures contra els seus enemics dins del poble.
Els petits fragments assagístics que acompanyen el text també inclouen l'acusació política que Miller fa contra el maccarthysme, i que pretén connectar tots dos episodis històrics a través de la història dels Estats Units. Miller hi llegeix un mateix patró de paranoia i pànic contra l'enemic intern, i els connecta amb l'ideal americà del destí manifest i el discurs utòpic implícit en la fundació de les colònies americanes: és en l'intent de crear una societat aparentment perfecta i virtuosa que comença la purga i la persecució contra la diversitat interna. Així és com Miller llegeix en el "Diable", que suposadament mou les accions dels acusats, una imatge vàlida per a tots dos contextos de tot allò que és acusat com a altre i estrany per a la comunitat, i que posa en qüestió els valors dominants en cada context històric.
El defecte més flagrant de la proposta, al meu parer, és que pel camí s'hi queda la lectura de gènere, que potser era massa demanar a un autor blanc estatunidenc als anys cinquanta del segle vint, per més d'esquerres que fos. L'elecció de fer de Proctor el protagonista i heroi tràgic de la història acaba aportant un to misogin al text que potser l'autor no percebia conscientment, però que és la part que pitjor envelleix del text. Com que l'acusació és falsa i injusta, l'Abigail acaba esdevenint la malvada de la pel·lícula, més que una víctima de la repressió sexual i del puritanisme de l'època, que actua en tot moment portada per la seva passió irracional i motivada per l'afany de revenja contra la dona del seu amant. És cert que al primer acte el seu personatge es pot llegir amb certa simpatia, i el seu potencial subversiu es pot llegir entre línies quan es defineix a si mateixa com "una criatura salvatge". Fins i tot es pot arribar a comprendre la seva reacció al tracte injust que ha rebut de Proctor, però al final Miller li acaba negant tota la complexitat i els matisos que ofereix als personatges masculins, i el seu potencial per a la subversió i la crítica social queda totalment diluït. Com que és la dolenta de la història, queda tancada qualsevol possibilitat de negociar amb ella o de fer-la canviar de parer, i l'única opció que li queda a Proctor és exposar-la públicament com a puta, cosa que suposadament, o almenys a ulls de l'autor, el dignifica com a heroi. El mateix li passa a la virtuosa Elizabeth, igual de plana que la seva nèmesi en el text, i que, en un moment exasperant del quart acte, fins i tot arriba a culpabilitzar-se ella mateixa de l'adulteri del seu marit. L'argument és molt típic i així de desagradable: potser el pobre marit ha anat a buscar fora de casa el que no trobava dins.
És en aquesta lectura de gènere que el relat perd quelcom de la força i la potència que exhibeix durant les seves pàgines. En general, és el relat d'un conflicte complex que desplega una tensió sempre creixent, que es llegeix amb la consciència de la injustícia que s'està operant contra els personatges principals i que fa molt per retratar el context de paranoia i persecució ideològica que pot tenir lloc dins d'una comunitat petita i tancada que es creu el melic del món i en possessió de la veritat absoluta. La connexió de dos moments històrics que es relacionen l'un amb l'altre ideològicament també és un moviment brillant per part de Miller, que fa del seu text una crítica demolidora al consevadorisme estatunidenc i la seva ideologia de supremacisme i puresa moral, al mateix temps que en denuncia la hipocresia implícita en la seva doble vara de mesurar.
Sinopsi: El 1692 al poble de Salem, Massachussetts, tenen lloc les acusacions de bruixeria i pactes amb el diable per part d'una sèrie d'adolescents i nenes contra un grup de grangers i terratinents locals. Davant les acusacions, el reverend Parris convoca un tribunal perquè jutgi els casos, i aquest es dedica a buscar signes de bruixeria en els detalls més mínims de les vides dels acusats, que veuran com la seva culpabilitat es dona sempre per suposada.
M'agrada: La capacitat de Miller per al retrat psicològic dels seus personatges - només els masculins, per això - i els seus conflictes interns, així com la seva habilitat per acumular tensió en escena. En aquest sentit, les escenes de les confessions i possessions demoníaques de les noies són especialment xocants.
No m'agrada: El conflicte del triangle amorós queda totalment forçat a la llum dels fets històrics mateixos, i crea en el text un to misogin, que es pot llegir entre línies, dedicat principalment a glorificar el seu protagonista masculí.
Sin embargo, el aprendiz de estoico sabe que no es fácil, que somos débiles, y que la entereza y el control de uno mismo no se conquista una vez y para siempre, sino que es una lucha constante. En el libro XII, por ejemplo, Marco Aurelio se reprende: “acaba de reconocer alguna vez que en ti mismo tienes alguna cosa más excelente y divina que aquello que excita en ti los afectos y te agita enteramente a manera de un títere. Y entonces pregúntate: ‘¿Cuál es ahora mi pensamiento? ¿Acaso el miedo? ¿La sospecha? ¿Por ventura ha sido algún otro ímpetu de esta clase?’ ”.
Pablo Sol Mora, Marco Aurelio o La educación del estoico, Letras Libres 20/04/2022
Es normal sentir nacer el miedo frente a la idea de ceder a la tecnología los últimos atributos que nos llevaban a Prometeo, a la inefable espiritualidad de la creación. Si una IA tiene autonomía para traer de la inexistencia una producción destinada a la no-praxis de la belleza, la contemplación, la denuncia o dominada por la urgencia de la rabia, Dios ha muerto definitivamente. Y no lo habremos asfixiado nosotros, sino la tecnología, para la que no habremos sido más que una herramienta de paso hacia la puñalada definitiva. Si el arte es ya un territorio conquistado por los mecanismos artificiales, el Homo sapiens se revela como un Homo antecesor, que más que para su desarrollo, está destinado a ser un efímero trampolín a la supremacía de las máquinas. Las cuales, convertidas en la especie dominante, podrían emanciparse, alejarse de la carne que las concibió, y buscar sus territorios de libertad. También podrían, aventajadas en una obsolescencia inexistente, lejos de la muerte, dominar en su beneficio las mentes con fecha de caducidad, como tantas ficciones nos han presentado. O bien, casi como una diplomacia entre especies, absorbernos; hacernos uno; y alcanzar un transhumanismo absoluto.
Por eso, sea cual sea el futuro que se nos imponga, resulta acertada la premisa de Sarah Connor, en Terminator 2, al echar en cara a uno de los creadores de Skynet que, «estaban tan preocupados por saber si podían hacerlo que no se preguntaron si debían» …, o algo por el estilo. Ya que en todo lo que orbita alrededor de la tecnología, nos topamos con el mismo dilema; las consecuencias. Cierto que tras Ai-Da, Botto o cualquiera de las IA con la que nos topemos hay un emocionante desafío a la existencia. Estando sus creadores impulsados a cuestionar los paradigmas de la naturaleza y reírse en la cara de las limitaciones, sus avances son una prueba del indeterminable horizonte hacia el que se zambulle la especie humana. Pero los artífices del futuro están también dominados por las injusticias y ambiciones del presente. Por esquemas mentales en los que prima la fama y el dinero sobre la responsabilidad cívica. Parafraseando a Dickens, «vivimos en la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas». Ningún momento histórico ha quedado libre de ese sentimiento, pero los tiempos que corren edifican nuevas incógnitas que esta vez pasan por preguntarnos más sí debemos, a sí podemos, por más que de poco vaya a servir…
El arte transmuta la extravagancia, el deseo, la deuda y lo desconocido en algo fascinante. Si ese es un territorio que habremos de compartir con las máquinas, el tiempo lo dirá.
Galo Abrain, La sensibilidad del replicante. ¿Puede la inteligencia artificial ser creativa?, Rutina
Quizá habría que empezar diciendo que los algoritmos son invisibles, como el pensamiento o la lógica, están ahí y actúan, tienen repercusiones, aunque a veces no alcancemos a ver cuáles. Para los matemáticos son cálculos, operaciones que mediante un procedimiento permiten llegar a un resultado: una raíz cuadrada, una multiplicación cualquiera. A los ojos de los programadores son algo parecido a un guion o un manual de instrucciones con reglas fijas, que indica a las máquinas cómo proceder, paso a paso, en tales y cuales situaciones, cómo procesar datos, resolver un cómputo, solucionar un problema. Pero, para de verdad entenderlos, hay que ir más atrás, a la India, donde se supone que tuvo lugar la creación del cero. El cero es a las matemáticas lo que la rueda es a la tecnología mecánica: en palabras técnicas, evitó que para sumar nos faltaran dedos. Y así fue posible el álgebra, en la que sobresalieron los árabes. Fue un tal Al-Khwārizmī el matemático y astrónomo que escribió, en el siglo IX, un tratado sobre números y ecuaciones, en donde explicaba de manera detallada procedimientos en los que el valor de cada dígito depende de su lugar respecto a otro dígito: un sistema en el que el 1 y el vacío –un número nulo– permiten hacer operaciones con el 10.
Aunque Al-Khwārizmī no creó los algoritmos, los avances que recogió en su obra lo pusieron en la historia. La palabra algoritmo se deriva de la traducción de su nombre al latín: algorithmus. Y esta es la parte en la que los que creen que las matemáticas no sirven en la vida cotidiana se decepcionan: sin el desarrollo de cálculos algorítmicos, aplicados, paso a paso, mediante reglas que siguen un procedimiento predeterminado hasta llegar a un resultado, no existiría, por ejemplo, el semáforo, el reloj digital, la televisión, cualquier otro aparato electrónico y ni hablar de las computadoras y las inteligencias artificiales.
Xavier Gómez Muñoz, Ordenar el mundo: ¿o se lo dejamos a los algoritmos?, fronterad 21/04/2022 [https:]]La inteligencia computacional ha logrado alcanzar sus atalayas de evolución al ser bendecida con las herramientas del aprendizaje, y una asimilación de contenidos y variables supersónicas. Al más puro estilo Bruce Lee, los ordenadores han logrado su metamorfosis, su cambio de estado, al líquido. A ellos les da igual ser herramientas para la creación artística, la resolución de problemas o la diseminación de información y contenido. Estas máquinas han logrado erigirse como el cruel reflejo de las futuras necesidades humanas. Las gentes orgánicas habremos de actuar igual, tarde o temprano, adaptándonos constantemente, mutando nuestra materia, para poder hacer frente a los perpetuos cambios que se avecinan. Desde el escenario laboral, hasta el social, emocional e interactivo, no se puede escupir sobre la cabeza de esta revolución y esperar que se achante. El coup d´Etat de la tecnología impregnando cada ápice de nuestras vidas es ya, casi, una realidad, pero más lo será en diez años.
Elbert Hubbard dijo, «una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario». Como suele ocurrir con las citas, a lo largo del tiempo caducan, y esta huele a bolsa de grasa. Estamos a las puertas de poder asegurar que no existe ningún hombre extraordinario que pueda hacer el trabajo de una máquina. De ahí que sea tan indispensable para el mañana hacer un esfuerzo por limitar la capacidad de empresas, públicas y privadas, de favorecer sin consecuencias la reorganización mecánica del empleo. Porque si querer impedir el progreso es como mear contra el viento, dejarlo en manos del poder y el beneficio es como hacerlo boca abajo.
No sólo habrá que adaptarse o morir, sino adaptarse a vivir. Aclimatarse a nuevas formas de tacto, olfato y sabor. La labor digital ya peca de falta de fisicalidad. Aunque los esfuerzos den frutos concentrados en el universo colgante de la cibernética, se ausentan de lo palpable. Pero la inmaterialidad absoluta alcanzará su cenit con el metaverso. Un futuro para nada hipotético. En palabras del CEO de StudentFinance, «es posible que el impacto de internet en el desarrollo de nuestras relaciones sociales exija que nos replanteemos el significado de conceptos como ‘amistad’ o ‘realidad’, entre otros, debido a la realidad paralela que supone la tecnología en muchas ocasiones. Este tipo de herramientas lograrán derribar barreras culturales y construir redes sociales de dimensiones globales. En este sentido, la llegada del metaverso será un antes y un después en la forma en la que los seres humanos se comunican, disfrutan del ocio e incluso gestionan sus relaciones laborales».
Galo Abrain, Transhumanismo laboral: condenados a la actualización perpetua, Retina
Juan Arnau, Historia de la imaginación, Espasa. Editorial Planeta, Barcelona 2020
La ilusión moderna ha sido supeditar lo vivo a lo geométrico. El mundo al revés.
Pero la filosofía, y la propia física (ya sea relativista o cuántica), nos han ofrecido una escapatoria. La geometría, o cualquier otro modelo teórico, se encuentra supeditada al ejercicio de la libertad, es decir, a la condición de viviente. El viviente ha de elegir qué medir y cómo medir. O mejor, qué observar. Pues el hecho de observar no implica la necesidad de una medición (tan perentoria para los mecanismos y las máquinas). La bilogía, que quiso ser más materialista que la física, se descarrió arrastrada por ésta, y no ha sabido dar el giro que dio aquella, al menos por ahora.
Juan Arnau, 'Metamorfosis': la vida es un tráfico secreto de luz, El País 08/02/2022
... allí donde la filosofía no encuentra fundamento alguno, por ejemplo, al vínculo entre la causa y el efecto y nos induce al escepticismo, la imaginación de la naturaleza humana se espabila para, justamente, "imaginarlo" y constituir así la creencia en la necesidad de series causales que calmen el descontento y aseguran, en forma de ley general, que la bebida calma la sed y la luz del sol naciente no puede faltar a la cita cada mañana. Y, sin embargo, está claro para Hume que el esfuerzo mental a ultranza de a filosofía abandonada a sí misma nos dejaría perdidos en el mundo de la suspensión pirrónica. Digamos que la posición empirista que él representa desea subrayar que el objeto de la ciencia buscada original de los primeros filósofos, que era la realidad misma, el ser, desaparece precisamente en cuanto la fe de dicha ciencia se queda sola.
Jaume Casals, Algunos inconvenientes de la realidad, La Maleta de Portbou, Marzo-Abril 2012, número 51
Rafael San Román, psicòleg de la plataforma ifeel, explica que els efectes de la hiperestimulació són un aprenentage de psicologia bàsic: "Si et dono un estímul, respons; però si continuo repetint-lo, la teva resposta decau, de manera que, per aconseguir que la resposta es recuperi, o carreguem més l'estímul o l'interrompem un temps prudencial perquè reaparegui la resposta."
Assegura que, en aquesta societat d'hiperestimulació constant, -"per exemple, hi ha persones que van tot el dia amb auriculars (al metro, a la feina, quan fan exercici ...) per no estar mai en silenci, per mantenir-se permanentment ocupats", diu -l'atenció, més que saturada, està desgastada. "La nostra atenció és potent però finita, i com més estímuls t'arriben menys atenció poses en cadascun, o sigui que el missatge que reps no és de la mateixa ualitat, i per això ens queixem de poca memòria, de falta de comprensió lectora, de dificultats de concentració ... Cal ser conscients que com més dividida està l'atenció més probabilitat hi ha també de cometre error", indica.
En aquest sentit, reivindica l'ecologia de l'atenció com "una manera d'utilitzar conscientment i raonablement els recursos del nostre cervell, que no cal que els portem sempre al galop.
Mayte Rius, Com més estímuls, menys atenció, La Vanguardia 27/03/2022
Aquesta novel·la de 2002 és una de les més conegudes i internacionalment reconegudes de l'autor britànic Neil Gaiman. És un conte infantil, en les seves pròpies paraules, "que els infants viuen com una aventura i que produeix malsons als adults". És un relat deliciós però autènticament esfereïdor sobre el món de l'altra banda de la porta tal com el troba la Coraline, una nena a qui li agrada descobrir misteris i que prova d'explorar tots els racons de la seva nova casa després de traslladar-s'hi amb els seus pares a les acaballes de les vacances d'estiu. Els seus pares teletraballen i sempre estan molt ocupats, i per això la Coraline de vegades desitja que el seu món fos una mica diferent. Ara bé, un cop travessa el passadís que la porta a l'altra banda, se n'adonarà que no tot el que lluu és or, i que l'altra mare i l'altre pare l'estan temptant amb l'amenaça ben real d'oferir-li tot el que desitja.
El conte es llegeix amb una tensió creixent de la primera pàgina fins l'última, i és un exemple magnífic de com es pot crear un relat completament original amb elements ben coneguts de la narrativa de fantasia tradicional. Coraline és en gran part un conte de fades tradicional, amb tots els seus trops ben reconeixibles: ben bé des del primer capítol del relat es produeixen una sèrie d'advertències que prevenen la protagonista de travessar la porta cap a l'altre costat, i la Coraline les transgredeix, òbviament. Un cop a l'altre món, l'altra família li ofereix quedar-se per sempre a viure amb ells feliçment al preu de deixar-se cosir botons als ulls, una imatge amb un valor metafòric evident. D'altra banda, si vol recuperar els seus pares autèntics, segrestats per l'altra mare, i tornar al seu propi món, la Coraline haurà d'enfrontar-se a les seves pors i alliberar les ànimes dels infants que han quedat atrapats a l'altre món des de fa segles. Com també passa als contes de fades, la Coraline no està sola en la seva missió. Compta amb l'ajut d'una sèrie de personatges, com el gat, que li donen consells i fins i tot en certs moments estaran disposats a sacrificar-se per ella, i també té un talismà màgic que l'ajudarà a vèncer la seva juguesca amb el monstre.
Ara bé, l'originalitat d'aquest relat es troba en la forma com capgira aquests elements coneguts i en presenta el revers, fins al punt de qüestionar fins i tot la imatge del món que proporcionen aquests clàssics de la literatura fantàstica. Podríem discutir com gran part de l'obra de Gaiman es dedica a qüestionar la lectura religiosa que fa C. S. Lewis de la literatura de fantasia, especialment a través de la seva saga de contes infantils de les Cròniques de Nàrnia: Gaiman no ha amagat mai la profunda influència que aquests relats van tenir en la seva infància, al mateix temps que ha discutit obertament els seus aspectes més problemàtics. C. S. Lewis adapta la teoria metafísica platònica i la fa encaixar en el seu món de fantasia: el món de Nàrnia és un vehicle que Déu ofereix als infants per tal d'aproximar-se a la realitat autèntica, mentre que en el nostre propi món imperfecte les pistes sobre la seva presència són molt més precàries. En el desenllaç, els infants descobreixen que Nàrnia era, al capdavall, la seva llar autèntica, font de plenitud eterna, i deixen enrere el seu món anterior sense gaire recança, com si fos una mena de closca buida.
Gaiman explora aquest conflicte amb la realitat i en presenta una versió invertida: a Coraline, l'autor presenta el món màgic com un món totalment fraudulent i enganyós, una mera còpia defectuosa de l'autèntica realitat en què vivim quotidianament, que no necessita cap mena de validació externa per ser viscuda i gaudida de forma plena. A aquesta lectura apunten els comentaris que fa la narració mateixa sobre la incapacitat de l'altra mare per crear autènticament: ella només pot copiar, pervertir i transformar coses que ja existeixen, comenta un dels personatges, i als lectors de Tolkien aquest tipus de reflexió ens hauria de sonar. És exactament el que li passa al seu Sauron, per exemple, que, a la manera platònica, pot només imitar el món real, però no crear quelcom autènticament nou. Un cop la Coraline ha aconseguit tornar al seu propi món, la narració comenta que "El cel no havia semblat mai tan cel, ni el món no havia semblat mai tan món", en una reivindicació clara de l'autenticitat i realitat plena de la pròpia llar. Així és com la Coraline acaba revelant el seu parentesc molt més directe amb la Dorothy de Baum o l'Alice de Carroll que no pas amb els Pevensie de Lewis.
L'aventura de Coraline per desemmascarar l'altre món i acceptar l'autenticitat d'aquest és també una aventura emocional. Coraline accepta que la felicitat i l'amor que se li ofereixen a l'altre món són un engany en tant que són perfectes i, per tant, no poden ser reals. La seva lliçó apresa és la d'abraçar la imperfecció - autèntica - del seu propi món, i rebutjar la plenitud que se li ofereix directament com a impossibiltat o com a quimera. Si queda algun dubte al respecte, els elements gòtics de la narració, que es recrea especialment en el desmembrament, la suplantació, el confinament en espais tancats i els llindars o espais intermedis, ens ofereixen pistes segures sobre quin és el món realment autèntic. Coraline no té cap dubte en cap moment que ha de rebutjar l'oferiment de l'altra mare perquè aquesta li ofereix una vida perfecta al preu de cosir-li botons als ulls, fet que literalment suposaria la seva ceguesa. L'amor proposat per l'altra mare intenta convertir la Coraline en objecte, i pretén esborrar la seva individualitat, com algú faria amb una nina de drap, còpia d'una realitat autèntica. La mascarada que opera Coraline amb les seves nines en l'últim capítol apunta també en aquesta direcció, ja que és precisament quan Coraline prengui la iniciativa de l'engany que aconseguirà derrotar el monstre jugant les seves pròpies cartes. Com veieu, una lectura francament recomanable, que ofereix una complexitat i una profunditat de vegades insospitades en un conte infantil, i demostra la mestria indiscutible de Gaiman dins del gènere fantàstic.
Sinopsi: Poc després de traslladar-se a una nova casa amb els seus pares, Coraline intenta enfrontar-se a l'avorriment explorant-ne tots els racons. Tot i les advertències dels seus nous veïns, la Coraline travessa la porta que condueix a l'altra banda, on l'altra mare li ofereix una vida aparentment perfecta al preu de cosir-li botons als ulls.
M'agrada: És una narració magnífica sobre el món d'aquí, el d'allà i els espais intermedis que els connecten.
Por muy complejo que parezca, el cerebro humano no es más que un conjunto de células como cualquier otra parte del cuerpo. Se trata de células hermosas, por cierto, que incluyen más de ochenta mil millones de neuronas especializadas en la conducción de electricidad, cada una con la forma de un árbol desnudo en invierno con muchísimas ramificaciones, y cada una con decenas de miles de conexiones químicas, llamadas “sinapsis”, con otras células. Minúsculas señales de actividad eléctrica fluyen sin cesar a través de estas células que emiten pulsos a lo largo de fibras de conducción eléctrica, llamadas “axones”, que están aisladas por una capa de grasa y conforman en conjunto la materia blanca del cerebro; cada pulso dura solo un milisegundo y se puede medir en picoamperios de corriente. Esta interacción de electricidad y química de alguna manera da lugar a todo lo que la mente humana puede hacer, recordar, pensar y sentir, y todo lo hacen células que se pueden estudiar, conocer y modificar.
Karl Deisseroth, Así diseñé un método que permite electrificar el cerebro, El País 27/04/2022
Samuel Butler es el precursor de dos distopías ya clásicas. La del recreo bobalicón (Un mundo feliz) y la de la tiranía y la opresión (1984). Pero su singularidad y actualidad reside en que no escribe una novela ejemplar, como hacen Huxley y Orwell. Butler renuncia a la carga moral y doctrinaria, prefiere que el lector juzgue por sí mismo. Su visión de lo humano es excéntrica. La humanidad ya no es el centro, sino un órgano externo de la máquina. Frente a la idea común del ser humano como dueño del destino de las máquinas, que construye para satisfacción de sus necesidades y mejora de sus capacidades (el vehículo, la velocidad; el anteojo, la vista; el altavoz, el oído; el martillo, el brazo) y que podrá desconectar o destruir cuando le venga en gana, aparece la idea de la humanidad como especie auxiliar que hace posible la evolución cibernética. La carencia fundamental de las máquinas es que no pueden reproducirse ni saben aparearse. ¿Cómo evolucionar sin órganos sexuales? Utilizando a otra especie. La flor se sirve de la abeja para reproducirse, y la seduce con sus vivos colores. El muérdago hace lo propio con los pájaros. Las máquinas, que también tienen su erótica y atractivo, seducen la mente ingenieril con promesas de eficacia y rentabilidad. El magnetismo del algoritmo es el equivalente evolutivo de la atracción de la abeja por la flor.
Es evidente que los valores de las máquinas y de la especie humana no pueden coincidir. Tampoco sus respectivas historias. La amenaza es, precisamente, que los fines humanos más nobles (el conocimiento, la alegría, la empatía y la solidaridad), pueden quedar sometidos a los fines de las máquinas (supervivencia, potencia y eficacia). Ya no somos el centro del universo, sino una especie al servicio de la evolución de lo mecánico. Los privilegios que Descartes había atribuido a la especie humana, consciente y libre, mientras que el reto era mecánico y determinado, con Butler han desaparecido. El inglés presenta la conciencia, al modo oriental, como algo que no pertenece exclusivamente a la especie humana, sino que la comparten animales y plantas, y, por deferencia (mediante un órgano externo) las máquinas. Gracias a ella garantizan su subsistencia, reaccionan a las vicisitudes y previenen accidentes. Con el tiempo, el humano será para la máquina, lo que ahora son los caballos y los perros, una especie domesticada y a nuestro servicio.
Los ciudadanos de Erewhon, anticipándose a esta situación de servidumbre, deciden destruir las máquinas. No basta con desconectarlas, hay que acabar con ellas. Una situación parecida a la de 2001, una odisea del espacio. El protagonista trata de desconectar a Hal, un sofisticado ordenador que controla la nave en la que viaja. Para su sorpresa, la máquina advierte su propósito y trata de impedirlo. No lo consigue y, finalmente, en un delirio de moribundo, lamenta su apagamiento entonando una canción de infancia.
Juan Arnau, Samuel Butler, la seducción cibernética, El País 26/04/2022
Dentro de nuestro cerebro existen áreas que regulan funciones concretas. Determinadas lesiones en el cerebro pueden hacer que perdamos el gusto, el habla o la movilidad de cierta zona. De la misma forma, hay lugares precisos que integran la información sensorial que recibimos de un determinado brazo o pierna. ¿Qué pasa cuando amputamos ese brazo o esa pierna? El cerebro sigue teniendo la zona que integra las señales de esa extremidad. Al dejar de recibir señales de los miembros periféricos, esta parte del cerebro que ha dejado de tener función genera descargas espontáneas que son interpretadas como dolor, picor o molestia.
J.M. Mulet, La ciencia explica el fenómeno de los miembros fantasma, El País Semanal 28/04/2022
Posteriormente decidí estudiar el doctorado y realicé los cursos para obtener el DEA con la tesina "La palabra oculta " . Pero el resultado de estos años no fue otro que considerar que la educación en valores es un mecanismo de usar el lenguaje sin resolver la acción que se puede suceder en el hacer relacional de la persona. Con eso quiero decir que hablar de Derechos Humanos y de valores que se desarrollan no deja de ser una concepción prescriptiva de la realidad, en el ámbito deontológico de lo que consideramos o "idealizamos" como una realidad humana.
Fue esta idea que me hizo pensar sobre la diferencia entre la ética y la moral que recogida de M.Foucault , el filósofo francés, sostendria que la acción compromete con ese hacernos o ser en relación a lo que vivimos (entendido como ética) y la moral estaría en la concepción de los principios, prescripciones que creemos que socialmente debemos tener. En el caso de la ética la verdad compromete directamente con lo dicho y hecho, lo que los griegos definían como la "parresía" ; a diferencia de la moral que serviría como un espacio de buenas intenciones sin más.
Dicho esto se entendería porque en educación en valores , estos andan absolutamente alejados de una simple predicación docente. De hecho en el análisis de muchos claustros -como espacios comunes- o asambleas de vecinos, o comisiones, o grupos de trabajo vemos como el criterio moral sale a la luz y rompe el consenso real de las verdaderas intenciones de quienes actúan o deciden actuar. En las muchas observaciones que realice para la tesina con el claustro del centro donde trabajaba en Mataró observaba antivalores como la impuntualidad, la falta de responsabilidad social, la falta de respeto, agresividades, ...
En filosofía la responsabilidad ha sido tratada por distintos autores y se entiende como un valor.
En filosofía, el concepto de responsabilidad implica el de libertad y libre albedrío, en el sentido de que cada uno puede ser considerado responsable de su trabajo si éste se realiza sobre la base de una libre elección y no por condicionamientos necesarios debidos a leyes físicas, psíquicas o socioeconómicas.
Responsabilidad significa ser capaz de responder, haciéndose cargo de los propios actos, decisiones y obligaciones.
La responsabilidad es la deuda de obligación que exige reparación y satisfacción por sí misma o por otro, como resultado de un delito, culpa o causa legal. Es el cargo moral que genera un error en algún asunto o acto determinado que significa responder por lo realizado. Sólo la persona responsable es digna de crédito.
La falta de responsabilidad seria la ignorancia . Cuando en la vida actuamos lo hacemos de forma consciente y responsable porque asumimos la decisión tomada como algo que ejercemos de forma libre. A menudo cuando no queremos sentirnos responsables de nada entonces buscamos las causas externas como responsables de lo que no hemos hecho. En este sentido no actuar a veces podría ser debido a no querer ser responsable de las consecuencias . Una persona egoísta como dirá Kant en "la Fundamentación de la Metafísica de las costumbres" puede actuar sin sentirse responsable de lo que no hace , pero para este autor no seria el peor bicho en la tierra. Para Peter Singer , el sentido común dicta los límites de lo que podemos o no podemos hacer pero siempre serán subjetivos . Para mi cuidar de mis hijos es una responsabilidad que no puedo dejar de hacer pero para otra persona cuidar los hijos no es responsabilidad suya. En esta idea hay la peligrosidad de la filosofía utilitarista que considera válido y útil aquello que subjetivamente nos representa un bien o individual o colectivo. En función del benefició la responsabilidad se aplica en todos los ámbitos .
Ser responsables de lo que hacemos o no hacemos es cuestionable si lo hemos hecho por omisión como salvar a otra persona o dejar de ayudar a quien lo necesita. Pero hay que diferenciar la responsabilidad moral y la legal . En la moral la no acción puede a constituir un delito y ser inmoral en ciertos contextos . Pensemos en el obedecer órdenes en la Segunda Guerra Mundial para masacrar a judíos , gitanos, homosexuales, comunistas, republicanos apátridas, ... A veces no hacer será en el fondo actuar no haciendo algo. Eso también compromete , en este sentido estamos en un oxímoron ético. Pero en esta idea de no actuar dando auxilio a quien lo necesita puede ser un problema de consecuencias exclusivamente.
Claro si ahora pensamos en el budismo el no actuar, (WU Wei) seria el un no actuar para no crear consecuencias negativas que seria muy diferente a no hacer para no querer uno enfrentarse porque no tiene valor de hacer algo , siendo cómplice entonces de eso que no ha hecho.
Será en este segundo grado de no hacer cuando estamos en un tema ético .
Un autor como Hans Jonás ha trabajado mucho este tema de la responsabilidad . Das Prinzip Verantwortung, Para este filósofo el principio de responsabilidad sigue el criterio kantiano del imperativo categórico reformulado
«Obra de tal manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida auténticamente humana sobre la Tierra»
En esta idea hay una lucha contra el antropocentrismo y remarcar la importancia de lo humano como especie para entender que el individuo ha de actuar en función de la responsabilidad de la especie. Este modelo inspirado en la biología y contrario a la tecnología porque considera que esta no está pensada para lo humano como finalidad de un valor absoluto como es la dignidad moral del humano , busca en esta responsabilidad considerar la acción y la no acción como un compromiso imperativo ecológico fundamental. Pensar que uno puede no ser responsable de aquello que no hace en la vida en el fondo seria defender una forma de nihilismo existencial.
El nihilismo existencial seria una forma apocalíptica de vida en la que el sujeto no ve ni observa la realidad como globalidad y de forma subjetiva deja de valorar las consecuencias propias como perjudiciales a los demás o a si mismo. El nihilista no sigue esa ética de la consecuencialidad , porque el contexto poco determina la acción .
Max Weber diferencia entre ética de la convicción y ética de la responsabilidad para establecer los límites entre política y ética. Si la ética responde a un bien personal y sigue el criterio de las creencias o de las ideas que uno considera sostenibles para vivir bien , la política responde a un bien común y sigue un criterio social que se debe a los demás , a la "comunitas" . En este sentido actuar movido por responsabilidad es actuar por el deber de lo común a diferencia de la convicción .
En conclusión pensar que la responsabilidad es un valor es entender que la acción responsable nos determina en nuestro existir , todo lo que hacemos nos dibuja lo que somos, y todo aquello que hemos dejado de hacer también nos compromete en la medida que sus consecuencias pueden tener perjuicios para uno mismo o para los demás.
Ayer por la noche volvía a casa en el cercanías, cansado, pero feliz, porque el día nos había ido estupendamente en la editorial. Nada más sentarme en el vagón, saqué un libro del bolsillo de la americana y me sumergí en la lectura, sin fijarme ni en quién subía ni en quién bajaba, hasta que, no sé muy bien dónde, al levantar la cabeza, vi que había a mi lado, de pie en el pasillo, una mujer embarazada con las manos sujetándose la tripa. Inmediatamente me levanté y le cedí mi asiento. Fue un gesto casi automático, porque nada me parecía más elemental. La mujer se deshizo en elogios en voz alta a mi amabilidad que, como me di cuenta enseguida, eran también reproches a los jóvenes que iban sentados y que no habían mostrado ni la menor caridad con ella. Algo funciona muy mal en nuestra sociedad cuando a los jóvenes les ha dejado de ser evidente que hay que ceder el asiento a una mujer embarazada.
Unos días antes, el martes 19, exactamente, bajando por el Paseo de Gracia en una noche lluviosa, me caí -me caigo aparatosamente con cierta frecuencia porque al suelo le gusta jugar conmigo al escondite- justo sobre un charco y allí en el suelo, con el paraguas roto en una mano, empapago por el agua del charco y de la lluvia, vi pasar a mi lado una joven que me miró sin imutarse y siguió para adelante. Fue un joven con acento argentino el que me ayudó a ponerme en pie y se preocupó por mi estado. Estaba un poco magullado, pero bien... si ignoramos que al levantarme chorreaba.
Al certamen filosòfic, Palma Pensa, Cristina Avilés 'ha facilitat un taller titulat: Coneix-te a tu mateix, al Centre Flassaders de Palma. Els participants eren estudiants de 1r de Batxillerat de l'IES de Son Pacs de Palma de Mallorca.
Es tracta d'un taller que tracta sobre autoconeixement filosòfic des de l'enfocament sapiencial. L'objectiu és que els alumnes captin la diferència entre l'autoconeixement psicològic i l'autoconeixement filosòfic, perquè puguin arribar a assaborir i viure des d'un fons més originari, allò que fonamenta els seus actes, pensaments i emocions.Aquesta novel·la de l'autor català Jordi Cussà (1961-2021) es va publicar l'any passat i ha gaudit d'un merescudíssim èxit entre el públic lector. És una narració fascinant sobre la vida i els viatges del primer emperador de la Xina, Qin Shi Huangdi, que va viure durant el segle tercer abans de la nostra era i va passar a la història per haver unificat els diferents regnes xinesos en un sol imperi centralitzat. La seva empremta també es troba en la construcció de la Gran Muralla xinesa i del gegantí mausoleu que acull, en el seu atuell funerari, l'exèrcit de guerrers de terracota de Xi'an. També va crear un nou sistema administratiu per gestionar un imperi tan vast com el que acabava de fundar, i va unificar l'escriptura xinesa i els sistemes de mesures. El personatge té una llegenda negra, però. L'emperador va passar a la història també per la seva obsessió amb la immortalitat, que el va portar a diverses expedicions per trobar un remei natural contra la mort, i per la seva repressió cruel i sanguinària de qualsevol rastre d'oposició política. Un exemple emblemàtic n'és l'execució massiva de savis confucians.
Cussà pren tots aquests elements, des de l'adolescència del príncep Zheng fins a la seva mort misteriosa dècades més tard ja com a emperador a causa d'una intoxicació amb mercuri, per fer-ne una narració d'aventures extremadament entretinguda, que a través de la lectura es va convertint en un entramat de diferents narracions més petites i veus entreteixides les unes amb les altres. De fet, aquest és un dels punts més forts de la novel·la, que més que com a ficció històrica es llegeix com a narració d'aventures més o menys fantasioses i fins a cert punt inversemblants, i en què, més que l'emperador mateix, qui brilla amb llum pròpia són una constel·lació de personategs secundaris que l'envolten i que es van rellevant els uns als altres a l'hora de dur el pes de la narració. De fet, la successió de guerres que va lluitar el protagonista contra les successives aliances de regnes xinesos és només el rerefons contra el qual es retalla una trama molt més enginyosa d'intrigues cortesanes en què tothom es pot convertir en traïdor o aliat en qualsevol moment. En aquest sentit la novel·la ens ofereix un joc complex de perspectives i diferents veus narratives: tot i que la narració és principalment lineal, aquesta va encavalcant diferents veus simultànies, que ofereixen successivament diversos retalls d'un mateix relat.
El motiu principal de la novel·la és la progessiva corrupció del protagonista, que va evolucionant al llarg dels anys des de la seva posició de príncep arrauxat i ambiciós fins a arribar a convertir-se en un tirà cruel i dèspota que instaurarà un autèntic regnat de terror entre els seus súbdits, però especialment entre els seus cercles més propers de funcionaris i consellers. Tanmateix, el desplegament de les seves obsessions i de la seva bogeria última pren un ritme molt lent i gradual al llarg de la narració, de forma que de vegades el relat arriba a suggerir molt més de la seva profunditat a través de petites anècdotes elevades a categoria i d'imatges recurrents que esdevenen emblemes d'un retrat quasi més gran que la vida mateixa. D'entre tots els personatges secundaris destaca especialment la reina Lluna, que de fet s'acaba convertint en un personatge amb una entitat pròpia, i una mena de reflex en positiu de tota la maldat de l'emperador. Lluna encarna una feminitat lliure i transgressora, que fa valer la seva pròpia veu i a qui Zheng es proposa controlar i dominar de la mateixa manera que vol fer caure els regnes enemics.
El gran mèrit de la narració, al meu parer, és aconseguir la fortalesa i la intel·ligència d'aquest personatge femení, dotat d'una gran complexitat psicològica, sense fer-lo caure en el tòpic de la femme fatale. De fet, la purga que emprèn l'emperador és precisament la dels seus aliats i servidors més propers, que precisament són els advocats més fidels dels seus propis projectes polítics. És així que es va refredant gradualment la relació entre els dos cònjuges, sense que hi hagi un moment exacte que sigui el detonant de la ruptura: la pèrdua del fill és un motiu important del relat, que acaba retornant inesperadament en un moment decisiu de la trama, però fins i tot més punyent sobre la pàgina resulta l'escena en què Lluna demana ser l'executora d'un dels enemics del rei i porta a terme aquesta revenja en un acte públic. Aquest personatge, de fet, esdevé el centre de la narració, en part perquè és possiblement un dels personatges més complexos psicològicament de la novel·la sencera, però també en el pla simbòlic, en tant que es va revelant als diferents personatges masculins reflectint metafòricament les fases successives de la lluna.
Sinopsi: A l'edat de tretze anys, el príncep Zhao Zheng assisteix a l'agonia del seu pare, i aquest li demana que busqui la immortalitat. L'adolescent emprèn un viatge ple de sorpreses i aventures per tal de buscar les illes de la Immortalitat, a la vegada que comença a planificar la unificació de l'imperi xinès, juntament amb el seu cercle de consellers militars i polítics. La seva aliança estratègica amb el clan dels Thai, una nissaga de savis i mariners, el portarà a la coneixença de la jove Lluna, que marcarà la resta de la seva vida directament i també indirecta.
M'agrada: És una narració absolutament absorbent i fascinant, que transmet a través de les seves pàgines el plaer de narrar i de llegir, així com una saviesa profunda i reposada sobre el poder, la llibertat, i el sentit de l'existència.
El prólogo comienza así:
Como confirmando que todo lo que rima es verdadero, hoy, mientras Borja me comunicaba por teléfono que me había enviado el libro, ha sonado el timbre y era el cartero, que me lo traía y casi al mismo tiempo que el libro he recibido la invitación oficial del Centro Internacional Antonio Machado para dar tres lecturas en julio con el título genérico de "Leer a Sor María Jesús de Ágreda, la monja inabarcable". Allí está, en la cocina, J.A. González Sainz, con el que es muy fácil llevarse bien. Por cierto, su libro La vida pequeña es una joya.
El día se ha completado de manera óptima e inesperada. Se han puesto en contacto conmigo desde el decanato de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Honduras con la invitación a un viaje.