Les confieso que cada vez que oigo al señor portavoz del gobierno catalán, me domina la sospecha de si a los catalanes hay que tomarlos políticamente en serio. "Mira Luri -me dijo una vez un alto cargo del actual gobierno catalán en una situación que no olvidaré fácilmente-, cuente usted los países que se han independizado desde que Cataluña quiere ser independiente, y nos entenderá un poco". En ello estoy. Dice Nietzsche que hay que amar a la vida como a una mujer de la que no nos podemos fiar mucho. Eso es lo mío con Cataluña, que no puedo vivir con ella ni sin ella. Un sin vivir, oigan, porque cuando menos lo espero, enciendo la tele y me salta al cuarto de estar la liebre del día del señor portavoz, poiéndome todo perdido de sosechas.