Ayer por la noche una señora con mando en plaza me dijo que era mi "groupi" y que me invitaba a comer. Y cuando aún no había terminado de encajarme el ego en su sitio, que me lo había dejado desparramado la señora, Javier Sánchez Menéndez va y me trata de "inmenso amigo", claro que, Javier, más me fío yo de una señora que dice ser mi "groupi" que de un poeta con querencia al desconcierto. Usted, metaforizante amigo, me comprenderá.