El otro día, ya lo recordarán ustedes, me declaraba esporádicamente leninista
Alguna vez en este café me he confesado incluso guevarista, recordando el consejo que daba el Che a sus hijos en su última carta a su familia: «Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho».
Hoy he sido un rato por la tarde nihilista de chiringuito frente al mar Mediterráneo y a estas horas de la noche, me da por defender la rebeldía antisistema:
¡Pues esto es lo que hay!