Me han invitado de un centro a dar una charla sobre la importancia de la lectura. Les he contestado que de acuerdo, siempre que entiendan que no tengo ni idea de cómo crear un habito lector que vaya más allá de los 11 años en los niños (en las niñas es más fácil). Es relativamente sencillo entretener a los niños con las historias de los libros infantiles. Lo que es difícil es transformar ese entretenimiento en un hábito de lectura asentado. Yo sospecho que si la lectura sirve para entretener, los libros no pueden competir con otros entretenimientos que están al alcance de los adolescentes. Para que se convierta en hábito ha de ser entretenimiento más otra cosa. Entender bien esa otra cosa es la clave para construir una auténtica didáctica de la lectura.