Mi mujer y Javier Sánchez Menéndez, camino de Siltolá. Yo sigo su estela. Siltolá, como no podía ser de otra manera, está exactamente donde tiene que estar. Calle San Bernardo 24, Sevilla. Yo no sé si leer nos hace libres. Nos hace, eso sí, más conscientes de los matices. Para los que crean que la Isla de Siltolá no existe: la prueba de su existencia es que yo tengo el mapa. Al fondo se encuentra Caridad. No muy lejos de Moby Dick.