Me ha dolido escucharle a una persona que va en los primeros puestos de la lista electoral de Puigdemont, que "España ha hecho un genocidio en Cataluña". Quizás para justificarse un poco ha añadido que "eso ya se ha dicho antes y no lo he dicho yo, si leemos un poco veremos que Rovira i Virgili ya lo decía".
Me ha dolido especialmente porque me temo que estas palabras muestran un peldaño más de una escalada que no sé a dónde nos conduce, pero no desde luego a la bienllevanza.
No recuerdo haber leído nada en Rovira i Virgili que confirme las palabras de esta persona (pero ni he leído todo de Rovira i Virgili ni mi memoria es indeleble). Recuerdo, eso sí, que Josep Benet tituló uno de sus libros El intento franquista de genocidio cultural contra Cataluña (1995), refiriéndose a los primeros años del régimen franquista. Sé que en el exilio hubo voces catalanistas que solicitaron a la ONU que juzgara a Franco por genocidio (conclusiones del LLibre Blanc de Catalunya, Buenos Aires, 1956) y que Josep Maria Solé i Sabaté, siguiendo a Benet, habla también por algún lugar de "genocidio cultural" y seguro que no ha sido el único en seguirlo en esta dirección.
Aun siendo indudable la represión contra la cultura catalana, la expresión "genocidio cultural" me parece excesiva. Ningún genocida hubiera permitido, por ejemplo, experiencias como la de la escuela Isabel de Villena, abierta en 1939, o la edición de Verdaguer en 1943, o que un falangista como Giménez Caballero incluyera en su manual de bachillerato de literatura de España (1946) algunos versos de la Oda a la Pàtria de Aribau. ¿Hubo "intento", como dice Benet? Por parte de algunos, probablemente sí.
Que esta persona de cuyo nombre no quiero acordarme y que muy probablemente ocupará un escaño en el parlamento de Cataluña considere que España -no este o aquel político, sino España- ha cometido un genocidio en Cataluña y que lo equipare, como lo ha hecho, al que padecieron los armenios, me ha dolido, pero sobre todo me deja anonadado.