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--> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-priority:99; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES-TRAD;} I“Entre los hombres hay algunos pestilenciales, que con sus dañosas costumbres no sirven sino de perturbar el común estado de la república”
II“En cierta botica de Metz, residiendo yo en aquella ciudad, fue ordenada una medicina que llevaba cantáridas, para cierto novio impotente. Juntamente otra de cañafístula [un purgante] para refrescar el hígado, y los riñones del Guardián de la orden de San Francisco febricitante: y aconteció que trastocándose los brebajes por yerro, el novio (el cual bebió la del fraile) pusiese aquella noche del lodo, y aún peor, la cama, y la novia: y el fraile por otra parte, que tomó la del novio, anduviese por todo el convento (como podéis bien pensar) hecho un endemoniado, que no bastaban pozos, ni aljibes, ni estanques, para resfriarle.”
Andrés Laguna:
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