“¿Es mi mente de mi propiedad?” (ὁ δὲ νοῦς ἐμόν ἐστιν ἴδιον κτῆμα;)
Filón de Alejandría, Sobre los Querubines, 116.
La mía con frecuencia se hace la remolona a la hora seguir mis indicaciones y cumplir mis deseos. A veces, incluso, se me subleva con descaro y la descubro llevándome de aquí para allá, siguiendo no sé qué caprichos suyos. No es raro que se niegue a servirme diligentemente las respuestas que le pido. Más de una vez me ha ofrecido como verdades lo que no eran sino mentiras bien vestidas. Tenemos, pues, una relación compleja y en en momentos decisivos de mi vida más he parecido yo su servidor que su dueño.