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El mes que viene tengo un debate en Valladolid con Cayetana Álvarez de Toledo sobre el conservadurismo y ando dándole vueltas al asunto. ¿Se puede ser conservador en España? A veces pienso que no nos podemos sufragar ese lujo.
Dice Cayetana en El Mundo: "reivindico mi derecho a ofender y ser ofendida. Es decir, a pensar". A mí no me gusta ni ofender ni ser ofendido y, sin embargo, no puedo dejar de pensar (si bien o mal... eso ya es harina de otro costal) y sé muy bien que como decía Wittgenstein, no puedes pensar honestamente si tienes miedo a hacerte daño. Es decir, reivindico mi derecho a ofenderme a mí mismo. Pero tampoco soy tan ingenuo como para ignorar que, desde el momento en que esceribes y publicas, hay gente dispuesta a sentirse ofendida por lo que dices.