|
Juan David García Bacca |
La impresión que por ahora me va quedando tras leer algunos textos del filósofo español Juan David García Bacca, algunos de sus escritos sobre ciencia, lógica, historia, filosofía, lecturas dificiles, exigentes, apasionantes, consiste en que las cosas todas, piedra, planta, hombre, sociedad, estrella, andan arrebatadas por un impulso que tira de ellas en una doble dirección. Por un lado, la que lleva a cada cosa a desbordar los límites que la constituyen, abriéndose a la metamorfosis y la transformación. Por otro, aquella que la lleva a encerrarse en las fronteras que la definen resguardándose en ellas de los vientos del infinito. Y todo ello, en el seno de un Universo, Cosmos, Caos que, en combate esforzado contra la entropía, despliega su inmensidad en una creación de novedades sin fin.
¿Y el ser humano? El ser humano, encerrado y desencerrándose, anda desde hace unos siglos, apenas desde el Renacimiento, inventando las maneras y procedimientos de hacerse infinito por el único medio determinado y eficaz que es trasn-finitarse a golpe de ocurrencia, invento, plan técnico, regulador de la infinidad dinámica del Cosmos...
Entre esos seres humanos osados y aventureros se encuentra sin duda Juan David García Bacca y su
invitación a filosofar ¿Cómo no estarle agradecido por sus textos? Aquella parte de nosotros mismos que no retrocede con vértigo ante el infinito lo está, y la otra... también.