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El Roto |
Por “formación” o “educación” habremos de entender el proceso de socialización y aculturación al que son sometidos los miembros de cualquier comunidad para que asimilen las pautas de comportamiento del colectivo al que pertenecen. Es bien sabido que el verbo “educar” viene de la raíz indoeuropea “deuk”, de donde procede el latín
ducere, y que significa “conducir” o “guíar”. Entre otras cosas, esta es la razón de que llamemos ducha a un caudal de agua conducido en una determinada dirección. Y también de ahí viene el apelativo “Duce”, que utilizaba el líder fascista Benito Mussolini, y que equivale más o menos a “Jefe” o “Caudillo” (Führer, en alemán, Leader en inglés), es decir, el que guía o conduce los destinos del pueblo. Este mismo sentido de “conducir” o “guiar” tiene en su origen el término “pedagogo”, del griego “paidos” (niño) y “agogós”, el que conduce (o sea, el que guía a los niños: en principio, el que les lleva a la escuela, el que les acompaña por el camino para que no se pierdan, como le sucedió a Pinocho). Educarse o formarse significa, pues, como alguien ha dicho, aprender a ser de los nuestros, aprender a comportarnos como es habitual hacerlo en nuestra comunidad de origen (aprender a vestirse, a comer, a hablar o a buscar pareja de la precisa y determinada manera en la que es costumbre hacerlo en el grupo en el que hemos nacido).
José Luis Pardo,
fragmentos de una enciclopecia, Facebook 26/11/2016