La idea de que hay una “sociedad profunda” bajo las capas más superficiales de la organización política parece una conclusión particularmente natural tras las experiencias de democratización fallidas en Iraq o los países árabes del Mediterráneo. Se ha subrayado en este sentido que los niveles altos de consanguinidad en las sociedades mediterráneas y del oriente medio no se llevan bien con los sistemas democráticos (
Woodley y Bell, 2012); un factor “profundo”, basado en el parentesco, que contrasta con la situación de las sociedades occidentales y "modernas" basadas en la idea del contrato social, por recordar la célebre distinción de Henry Summer Maine.
La sociedad profunda, Libros de Holanda 13/04/2017
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