La pega es que la suma de votantes sin criterio puede condenar al resto de la ciudadanía, de modo que elegir una papeleta u otra no debería ser como elegir entre patatas fritas o deluxe en la cola del McDonald's. «En nuestro sistema, un voto individual después de una cuidadosa deliberación produce los mismos resultados que votar lanzando una moneda al aire», censura Brennan.
«El derecho al voto te da poder sobre los demás». Lo que en la práctica, insiste el filósofo, deposita nuestro futuro en manos de electores irresponsables. Es como si dejáramos nuestra salud en manos de un cirujano que no ha estudiado Medicina, no conoce ningún medicamento y toma sus decisiones por capricho. Y encima, estamos obligados a seguir su tratamiento.
Rodrigo Terrasa, ¿Deben votar sólo los más preparados?, el mundo.es 18/01/2017 [www.elmundo.es]