Lo único que puede contener este avance es un contingente sólido de ciudadanos bien informados, de personas que no se traguen el eslogan del político antes de contrastarlo con información de diversas fuentes de calidad. Gente que en lugar de creer, que es lo más fácil, piense, reflexione y llegue a sus propias conclusiones, lo cual exige, desde luego, un esfuerzo. Sin ese esfuerzo poco a poco iremos siendo avasallados por la tormenta de eslóganes, por la posverdad que apunta Snyder. Europa necesita ciudadanos que, en lugar de creer, se informen; para que la verdad resista frente al espectáculo.
Jordi Soler, El espectáculo vale más que la verdad, El País 28/05/2017 [elpais.com]