Es imposible resumir aquí siglos de reflexión sobre la naturaleza del ser humano; quien desee un análisis detallado del asunto puede acudir al excelente volumen
¿Quién teme a la naturaleza humana? Homo suadens y el bienestar en la cultura. Biología evolutiva, metafísica y ciencias sociales (Madrid, Tecnos, 2ª ed. rev., 2016) que han escrito a tres manos Luis, Laureano y Miguel Ángel Castro Nogueira. Pero sí parece claro que el concepto es cualquier cosa menos pacífico, tal como se refleja en la célebre divisoria
nature/nurture que enfrenta a quienes entienden que el ser humano es miembro de una especie sometida a la misma selección natural que los demás y quienes juzgan que la cultura introduce un factor diferencial tan potente que hemos dejado de estar subordinados a la evolución darwinista o, al menos, la hemos reorganizado por completo.
Marshall Sahlins ha llegado a decir que la naturaleza humana es una «ilusión», respondiendo así a quienes, como
Steven Pinker, deploran la idea de la tabla rasa sobre la que la cultura puede escribir cualquier cosa. Al mismo tiempo, esta larga conversación está sometida a cambios de paradigma y giros epistemológicos impredecibles, que no siempre arrojan toda la luz deseable: pensemos en el disputado ascenso de las neurociencias y en las distintas interpretaciones −antropológicas y políticas− que están haciéndose de la redescubierta afectividad humana.
Manuel Arias Maldonado, 200 D.F., Revista de Libros 31/05/2017
[www.revistadelibros.com]