Los objetos son un engorro cuando no se dispone de casa. O cuando no se sabe cuánto tiempo se dispondrá de una. Un sofá, una mesa no son nada si no se dispone de la capacidad de desgastarlos. De estabilidad. De futuro. Esos brazos y piernas, en fin, orientan en la dirección de que muchos de nosotros no tenemos nada más que nuestros cuerpos. Y que, básicamente, y hagamos lo que hagamos, nuestra vida vuelve a consistir en transportar nuestros cuerpos, en ocasiones pintados con pigmentos.
Guillem Martínez,
Sobre los nómadas y los sedentarios, ctxt 25/06/2017
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