Esa apelación a la innovación política surge de una experiencia muy descorazonadora: todos los sistemas sociales (la técnica, la empresa, el arte… ) han aprendido con cierta rapidez de sus errores o de su falta de adecuación a los nuevos contextos, mientras que la política parece impasible ante sus propios fracasos y repite los rituales de siempre como si los ciudadanos no tuviéramos las alternativas que tenemos en tanto que usuarios o clientes (que, simplemente, dejamos de comprar y buscamos otras alternativas). La política parece haber gozado del privilegio de que ninguna alternativa radical era posible y por eso no tenía incentivos para espabilar. Pero esto ya no es así. Las sacudidas de diverso tipo que ha sufrido nuestro espacio público en los últimos años (desde el surgimiento de las llamadas democracias iliberales hasta la elección de líderes siniestros) son señales de disfuncionalidad e incluso de desesperación que el sistema político debe interpretar adecuadamente.
Esto no significa, a mi juicio, que el sistema político deba hacer exactamente lo que las sociedades están demandando, entre otras cosas porque esas señales son contradictorias e incluso reaccionarias. Hay algunas que demandan solidaridad con los refugiados, pero otras muchas –probablemente más– que articulan injustamente un miedo al otro. Esos “garajes de la democracia” por los que me preguntas están en muchos sitios y yo solo puedo hablar del de la filosofía política, que es en el que hace años trabajo. Lo que ahí tenemos que diseñar es un tipo de sistema político cuya democracia aborde al menos tres grandes cambios: la inclusión de los “vecinos” en nuestros procesos de decisión, la inclusión de las futuras generaciones y la inclusión de la naturaleza. Las grandes innovaciones de la política habrán de venir de la superación del parroquialismo electoral, mediante la consideración del largo plazo y pensándonos como una parte de un entorno natural. Democracia transnacional, democracia intergeneracional y democracia ecológica son los tres elementos que nos permitirían superar lo que no es más que una democracia electoral.
Cristina Monge, entrevista a
Daniel Innerarity:
"La política ha gozado del privilegio de que ninguna alternativa radical era posible", ctxt.es 04/04/2018
[ctxt.es]