... la filosofía ha sido también, desde su fundación hace 2.400 años, un máquina de producir excusas para los regímenes dictatoriales, el asesinato de estado o de los revolucionarios y la aniquilación de derechos.
Heidegger, por supuesto, fue un nazi, o algo muy parecido a un nazi, y
Sartre tuvo el talento de detectar los regímenes más espeluznantes y apoyarlos. Pero ya
desde Platón muchos filósofos han querido estar cerca del poder y venerar a los potentados, y se han mostrado dispuestos a cerrar los ojos ante brutalidades o abiertas matanzas. De modo que, aunque en general en nuestros tiempos se tienda a pensar que, si bien pasamos de ella, la filosofía es algo bueno en sí mismo, no lo es. Seguramente es un error ignorarla, pero también lo es ignorar que con frecuencia ha sido una herramienta para el mal extremo.
Ramón González Férriz, Ensimismada y desconectada, el discutible prestigio de la filosofía, El Confidencial 31/01/2017
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